Una asociación nacida para ayudar

Vodea cuenta en la actualidad con más de 200 voluntarios que colaboran en los eventos que se celebran en Vigo garantizando la seguridad. La procesión del Cristo es una de las intervenciones más complejas

En la procesión del Cristo participaron un centenar de voluntarios en uno de los eventos más complejos de todos en los que colaboran.
En la procesión del Cristo participaron un centenar de voluntarios en uno de los eventos más complejos de todos en los que colaboran.

“Estamos aquí para colaborar y ayudar a todos los vigueses”, explica Juan García Mallo, presidente de la asociación Vodea (Voluntarios de Eventos y Actividades) que cumplirá siete años de actividad en septiembre y cuyo objetivo es apoyar en la seguridad y reducción de riesgos en los mayores eventos que se celebran en la ciudad. En la actualidad, el grupo de voluntarios cuenta con 160 inscritos y un equipo de un centenar de colaboradores que apoyan “siempre que pueden”. Entre los eventos en los que están presentes se encuentran todas las grandes concentraciones deportivas, la multitudinaria procesión del Cristo de la Victoria y las de Semana Santa, en los partidos del Celta y en todos los actos que tienen lugar en el Ifevi, entre otras concentraciones cuyos organizadores requieren su presencia para garantizar la seguridad.

El trabajo voluntario que realizan es “fundamental para que se puedan celebrar muchos eventos que, de otra forma, sería imposible por el alto coste que tendría contar con personas encargadas de la seguridad de todos los participantes”, explica Juan Mallo.

Otra de las actividades que llevan a cabo es dar charlas y demostraciones en centros educativos para “crear una cultura preventiva entre los más jóvenes”, explica el responsable de Vodea.

La labor que prestan es muy variada. Desde el apoyo a los equipos sanitarios que tengan que intervenir ante algún percance o cubrir circuitos. Para ello cuentan hasta el momento con un equipo de voluntarios, la mayoría jóvenes, “que proceden de sectores afines con nuestras actividades y que además son entrenados por la asociación”. Todos ellos han pasado por una formación específica en este tipo de actividad y cuentan con un equipo de materiales que “hemos ido creando a lo largo de estos años con la ayuda de los patrocinadores que han confiado en nosotros y las donaciones, ya que Vodea nació de cero y es una fundación sin ánimo de lucro”.

Uno de los últimos retos fue la procesión del Cristo. Todo un desafío de organización y resistencia en un día de altas temperaturas. En esta ocasión participó un centenar de voluntarios que estuvieron siempre al pie del cañón. Uno de ellos fue José Campos, uno de los “novatos” de la asociación, donde colabora desde hace unos meses y que en este caso comenzó el viernes y regresó definitivamente a su casa el domingo. “La procesión del Cristo es mi evento favorito, resumen muy bien lo que significa ser voluntario, ayudar a la gente que lo necesita y sentir cómo te lo agradecen”. En esta ocasión, los voluntarios de Vodea atendieron a ocho personas, la mayoría por golpes de calor, salvo uno, el de una mujer que sufrió una caída y se fracturó la cabeza. Algo que fue atendido rápidamente porque “siempre estamos pendientes de la gente. Esa es nuestra prioridad”.

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