El arte de Muelle en Vigo: veinte firmas, solo dos sobreviven

El pionero del grafiti en España, con su estilo flechero, tuvo mucha conexión con la ciudad en los años 80 y 90: “Pintó un legado aquí”

Publicado: 14 dic 2025 - 06:10 Actualizado: 14 dic 2025 - 11:30

Alberto Santos señala uno de los dos grafitis del Muelle, en Isaac Peral, con su estilo flechero
Alberto Santos señala uno de los dos grafitis del Muelle, en Isaac Peral, con su estilo flechero | Jorge Santomé

El madrileño Juan Carlos Argüello, más conocido como Muelle, vio en Vigo un folio en blanco, con necesidad de darle color. Un espacio perfecto para que sus firmas, al estilo flechero, luciesen en paredes y murales. El pionero del grafiti español tenía Vigo como su segunda casa, al menos para desarrollar su faceta creativa, hasta el día de su pronto fallecimiento en 1995 (tenía 30 años). Alberto Santos, profesor universitario en la rama de Bellas Artes y experto en el arte grafitero de Muelle, descubrió su legado en la ciudad: hasta una veintena de firmas, de las cuales solo dos se mantienen visibles a día de hoy. Algunas por eliminación y otras por falta de conservación, esas pinturas se difuminaron. Tan solo sobreviven una de pequeño tamaño en la zona de la Alameda y otra en el nudo de Isaac Peral, cerca de lo conocido antes como el puente de la Renfe y del acceso a la AP-9. “No sabemos cuántas veces estuvo aquí, pero sí que en la Semana Santa de 1989 dio un concierto con su grupo Coartada (Muelle era batería) en el Nova Olimpia. Ahí pudo aprovechar para dejar su firma por la ciudad”, apuntó Santos.

Todavía son especulaciones por qué a Muelle le gustaba Vigo. Ni siquiera lo sabe su hermano, con quien Alberto guarda una gran relación y actualmente legítimo heredero de su legado. “Muelle contaba con una vespa de pequeña cilindrada que utilizaba para sus viajes a Vigo y Galicia. En uno de esos, en plena nacional por Xinzo de Limia, dejó una de sus firmas que todavía se puede apreciar”, aseguró Santos. También se rumorea que llegó a mostrar su estilo flechero en Santiago, Ourense y Ponteareas, aunque no hay documentos visibles que lo constatan. Sí los hay en otros puntos de la península (además de Madrid) como Ávila o Zaragoza. Pero Muelle tenía cierta simpatía por Vigo: “Tuvo muchísima actividad aquí. Al menos, una veintena, y no se descarta que se mueva algo y aparezca otro. Pero eso ya es muy improbable”. Salvo los dos visibles, los demás han sido o borrados “por desconocimiento” o eliminados a conciencia porque “se nota que han sido frotados”. Intentaron recuperar uno con la cámara espectral en la Rúa Roupeiro, por García Barbón, pero no fue posible, aunque “un imitador dejó su propia firma de Muelle, imagino que para dejar constancia de que estuvo allí”. Cerca estuvo de desaparecer también la firma de Isaac Peral, pero Santos alertó al Concello de su presencia cuando se iba a construir unas escaleras en ese lugar, en plena humanización por Vialia y la AP-9: “Tuvieron el decoro de moverlas un par de metros para no borrar el grafiti”.

Santos estuvo ligado desde siempre a la cultura urbana y al arte callejero. En 2002 comenzó a pintar sus primeros grafitis y a juntarse con personas de sus mismas inquietudes. En ese círculo solo se hablaba de Muelle, pese a llevar ya siete años fallecido. “Conocer su obra hizo que yo obtuviese el doctorado. Soy Doctor gracias a Muelle. De pequeño me reñían por pintar y ahora estoy dando clases de eso en la universidad”, indicó. Loterías del Estado quiso hacer un guiño el pasado viernes al sacar un décimo con la inconfundible firma de Muelle. Es la segunda vez que se realiza.

Alberto no quiere que el legado de Muelle en Vigo desaparezca. Quiere dejarlo vivo, que la sociedad conozca su arte. Para ello, solicitó dos actividades al Concello y al Museo del Mar de Galicia que no llegaron a buen puerto. Una de ellas es la creación de una ruta de Muelle, con un recorrido trazado por las zonas de Vigo donde Muelle dejó su sello y fue eliminado. Evidentemente, también con el paso por las firmas de la Alameda e Isaac Peral. La otra petición fue una exposición en el Museo do Mar que, pese a alguna reunión con su dirección, no llegó a cuajar. Ambas cayeron en saco roto, pese a contar con una memoria exhaustiva y presupuestada del proyecto. No obstante, Muelle todavía sigue presente en Vigo 30 años después.

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