METEOROLOGÍA
Una masa de aire frío y nevadas reciben el invierno
DOS AÑOS DE PANDEMIA
Mercedes Oliveira es catedrática de filosofía, dio clase en el instituto vigués Alexandre Bóveda y es un referente en el campo de la educación sexual con perspectiva de género. Ella estuvo entre las primeras viguesas diagnosticadas de covid y sufrió con dureza las consecuencias de la enfermedad. Se infectó el 13 de marzo del año 2020.
“Me ingresaron porque empecé a encontrarme mal y estando en el hospital colapsé, no me respondían los pulmones, y me llevaron a la UCI porque me hacía falta un respirador. Estuve muchos días en coma y al final respondí, cuando ya pensaban que no me sacaban adelante”, explica Chis Oliveira. Cuando pasó a planta se dio cuenta de que no podía ni coger un bolígrafo para escribir ni tampoco caminar, y comenzó el proceso de recuperación.
Como muchos otros pacientes pasó por la consulta poscovid, donde al cumplirse el año le dijeron que sus pulmones estaban completamente recuperados. Actualmente, tiene pequeñas secuelas a las que resta importancia, como hipersensibilidad en una mano (le molesta la manga o una sábana) o en los empeines, que no puede poner al sol. Cuenta también que al salir de la revisión poscovid, la esperaban en casa para celebrar los buenos resultados con una mariscada y ese mismo día sufrió un derrame cerebral que la llevó de nuevo a la UCI. “Hay una probabilidad que haya una relación de causa-efecto con el covid”. Ahora ya está totalmente recuperada.
Sobre la pandemia, asegura que supuso aprender que, a pesar de ser una persona sana y fuerte, somos muy vulnerables". Añade una segunda conclusión: “tenemos que defender con uñas y dientes la sanidad pública, una persona no podría pagar estos tratamientos y se vio que era fundamental”.
Concluye que después de lo vivido no le quedaron miedos. “No soy aprensiva. Soy prudente como cualquier persona con sentido común. Valoro mucho la vida y disfruto mucho de cada momento”.
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