AP-9 y carretera de Camposancos, puntos negros del tráfico en Vigo con más fallecidos
Siniestralidad vial
Vigo termina el año con siete fallecidos en accidentes de tráfico, entre ellos cuatro motoristas y dos peatones, colocando a la autopista y la PO-325 como viales de riesgo
El balance de accidentes de tráfico en casco urbano deja un mal dato en Vigo en 2024. En total, fueron siete las personas fallecidas, solo una víctima menos que en 2023 (el peor año que se recuerda) en siniestros que han colocado como puntos negros a la carretera de Camposancos y la AP-9, en Teis. Ambos viales se cobraron la vida de cuatro personas en un balance que vuelve a poner el foco en los motoristas y peatones.
De las siete personas que perdieron la vida este año, cuatro circulaban en moto y dos fueron arrolladas. Se da la circunstancia, no obstante, de que en dos de las accidentes las víctimas habrían sufrido una indisposición previa, al menos en uno de los casos, los sanitarios confirmaron una parada cardiorrespiratoria que podría haber sido la causa de la colisión.
En todo caso, la siniestralidad en el casco urbano sigue la tendencia al alza registrada también en los trayectos interurbanos.
El primer accidente mortal se registraba en el mes de enero. Un motorista de 53 años fallecía en una colisión en la que además hubo tres heridos. Ocurría en la PO-325, la carretera de Compsancos, a la altura de Coruxo, una zona donde ya el año anterior se producía otra víctima mortal.
Unos meses después, en la misma vía, a la altura de la rotonda de Saiáns, fallecía el conductor de una motocicleta, de 49 años.
El otro punto de riesgo a lo largo de 2024 ha sido la AP-9 en Vigo. La autopista a su paso por la ciudad, concretamente en Teis, ya registró varios accidentes mortales en los últimos años, el más grave hasta la fecha tuvo lugar en 2019. Un vehículo en el que viajaban cuatro jóvenes, de entre 17 y 18 años, se salía de la vía impactando contra el guardarraíl, falleciendo tres de ellos.
Este año, en el mes de junio, un motorista se convertía en la primera víctima mortal en en ese tramo. El hombre, de 56 años, fallecía tras una salida de vía. La aparición de un animal muerto en la vía fue un indicio de la causa del siniestro.
El segundo fallecido en la autopista fue un peatón. Un joven de 33 años, vecino de Chapela, que apareció sin vida tendido sobre la calzada. Todavía en investigación, la Guardia Civil cree que fue víctima de un atropello con fuga, ocurrido en la madrugada del día de Navidad. El informe preliminar de la autopsia reforzó la hipótesis del atropello, sin que hasta el momento se haya podido identificar al conductor.
Otra persona moría este año arrollada por la noche en la VG-20. Ocurrió en marzo, cuando la mujer, de 48 años, perdía la vida en el atropello, ocurrido a la altura de San Andrés de Comesaña.
Los otros dos siniestros mortales registrados en el casco urbano tuvieron lugar en Castrelos y la calle Zaragoza. En el primero, perdió la vida un motorista de 58 años al caerse del vehículo, sin que se viera implicado otro turismo, mientras que en el segundo, la víctima era el conductor de un vehículo que tuvo una colisión, tras sufrir una parada cardiorrespiratoria, por lo que nada se pudo hacer por salvar su vida.
El balance de accidentes de la Policía Local refleja una media de entre seis y ocho siniestros diarios, aunque la mayoría sin daños personales.
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