Antonio Lagares, vigués en el terremoto de Turquía: "Al día siguiente dormí vestido por si tenía que salir corriendo"

Testigos del gran terremoto

Un ingeniero olívico en Turquía relata cómo vivió el terremoto con epicentro a 150 kilómetros de donde reside

Publicado: 09 feb 2023 - 00:00 Actualizado: 09 feb 2023 - 13:57

Antonio, con una amiga turca, reside en Adana por motivos de trabajo desde hace un mes.
Antonio, con una amiga turca, reside en Adana por motivos de trabajo desde hace un mes.

El terremoto de magnitud 7,8 que sacudió el lunes a Turquía y Siria y que ha dejado un panorama de destrucción ha sorprendido a ciudadanos españoles en ambos países. Entre ellos se encuentra el ingeniero vigués Antonio Lagares, que reside en Adana (la ciudad más grande de la zona afectada de Turquía) desde hace aproximadamente un mes, por motivos de trabajo. Según relató a este periódico en una conversación telefónica, él se encuentra a 150 kilómetros del epicentro del seísmo por lo que “aquí no tuvo efectos catastróficos”. Explicó que “me despertó de madrugada un temblor, noté cómo se movían las lámparas y sentí como una especie de mareo, lo identifiqué porque en Galicia había vivido algo parecido. Después se pasó y me volví a la cama”. Fue al día siguiente cuando empezó a recibir llamadas, “mi intención era la de ir a trabajar, pero ya nos avisaron de que teníamos que hacerlo desde casa, porque había habido un terremoto muy fuerte”. Unas horas después, volvió a haber una réplica, que él ya apenas sintió. El temblor de madrugada había llegado con una magnitud de 4,4 aproximadamente.

Antonio se mostraba tranquilo, “aquí donde estoy seguimos teniendo electricidad, internet y agua y las tiendas están abiertas”, aun así, al día siguiente “dormí vestido por si tenía que salir corriendo”. Esa fue una de las precauciones adoptadas, mientras cuenta que “lo que hay que hacer es salir a la calle y separarse de los edificios. Estoy en un entorno con una pradera por lo que no hay tanto riesgo”.

Las autoridades les han aconsejado no salir con los vehículos y el aeropuerto está cerrado. “La embajada contactó con la empresa para tener controlados al grupo de españoles que estamos aquí por trabajo por si hiciera falta una evacuación, pero estamos todos bien”. Él confía en que la próxima semana podrá volver a la normalidad, pues todavía le queda tiempo en el país.

Sí confiesa que después de conocerse lo que había ocurrido, “recibí un montón de mensajes y llamadas de España para saber cómo estaba, pero ya les tranquilicé, porque aquí tenemos suministros, lo peor está en la zona cercana al epicentro”. Allí se desmoronaron edificios enteros por la fuerza de un terremoto cuya potencia ha causado ya más de 7.500 muertos y miles de desaparecidos.

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