El antes y el después del derrumbe de A Foz

Si no fuese porque el último tramo del paseo de A Foz estuvo cerca de tres años desmoronado cualquiera diría que la estructura sufrió un colapso. Su apariencia en la actualidad dista mucho de la que todos los vecinos tuvieron que acostumbrarse a la fuerza. Apenas queda rastro de la zona derrumbada de 40 metros de largo, en su lugar una rampa de tierra comunica la marisma con el paseo con vallas que acotan el punto en donde la adjudicataria Tragsa colocará una escollera a la misma altura del antiguo muro de contención. Dado que las previsiones apuntan a un retranqueo de 4 metros, se puede concluir casi con total seguridad que el recorrido de primerísima línea desaparecerá. Y es que los trabajos previstos en el proyecto inicial por el Servicio Provincial de Costas se modificaron al menos en dos ocasiones. En un primer momento las actuaciones se iban a centrar en una rehabilitación integral por dos millones de euros, luego se redujeron a 700.000 y finalmente el organismo optó por llevarlas a cabo en dos fases, la primera en ejecución por 195.000 y una segunda cuyos detalles todavía están por conocer, aunque manifestaron que se utilizarán las mismas técnicas para eliminar la pared restante hasta el puente de A Ramallosa. Los trabajos que avanzan a buen ritmo tienen un plazo de ejecución de tres meses, que de cumplirse, estarían finalizados antes de que remate el año, mientras que para el resto del conjunto todavía no hay previsión. En cualquier caso, la subdelegada de Gobierno, Maica Larriba, precisó en su visita de abril que cuentan con que estén ejecutados antes del fin de legislatura.