METEOROLOGÍA
Una masa de aire frío y nevadas reciben el invierno
VERANO
Con el público en el bolsillo, Serrat tenía una sorpresa guardada para los vigueses. Ya pasaba de la medianoche, cuando presentó a una invitada muy especial. “Esta es una noche de celebración y la quiero compartir”. Casi sin dar tiempo para la reacción, Eva Amaral salió al escenario, “es un sueño cantar contigo”, afirmó. Su compañero, Juan Aguirre, se quedó en un segundo plano. Juntos interpretaron “Es caprichoso el azar”. Y como apareció, se fue.
Los invitados especiales forman parte del formato de la gira “El vicio de cantar”, con la que el catalán se despide de los escenarios, “no volveré a actuar”, dijo en Castrelos. Sin previo aviso, el cantautor escoge las colaboraciones que corresponderán en cada actuación.
En todo momento se mostró encantado con el público vigués y con el recinto, al que no pudo asistir en su anterior tour por una indisposición.
Hizo repaso a todo una carrera musical, por lo que quiso compartir con el respetable los secretos y las historias que se esconden en cada canción, dirigiéndose en varias ocasiones a los espectadores. El juego con la platea se mantuvo, una vez alcanzado el delirio con “Mediterráneo”, retó a los presentes a “superar a Coruña”, acompañándole en las canciones.
El concierto se prolongó cerca de 90 minutos y pese al frío de la noche, los miles de espectadores que llenaron el primer concierto de Castrelos, disfrutaron y ovacionaron al artista. Serrat, compañado por una banda de siete músicos, y con una puesta en escena dominada por las proyecciones rojas, finalizó con “Cantares”.
Respondiendo a los ruegos del público, ofreció el más que esperado bis, tres temas que acabaron con “Penélope”, la guinda de oro a una actuación llena de sentimiento.
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