El elevado precio en Vigo de los contenedores ya obliga a usar mercantes y camiones

El coste medio de los contenedores, elementos esenciales para mantener el comercio internacional, se ha multiplicado por cinco o seis de media respecto al pasado año y no hay visos de que vaya a bajar el precio, incluso al contrario. La industria viguesa, tanto la relacionada con la automoción y los astilleros como la vinculada al sector marítimo, ha comenzado a tomar atajos para intentar evitar un auténtico descalabro que traería consecuencias para toda la economía y lógicamente para el propio consumidor. Según explicaron representantes autorizados del sector metalúrgico y la pesca, hay dos opciones encima de la mesa que se han comenzado a utilizar: cambiar el transporte marítimo por el terrestre cuando es posible, para piezas de otros puntos de Europa por ejemplo, y traer pescado en buques mercantes, como carga general, en lugar de en contenedores.

Desde Asime, la patronal del metal, su secretario, Enrique Mallón, es muy claro: los números encima de la mesa señalan que afrontan unos costes promedios en los contenedores, sobre todo fuera de Europa, de 5 a 6 veces los precios de hace dos años. ¿Cuál es la causa? “Las navieras argumentan que hay atasco en ciertos puertos y escasez, la industria gallega cree que hay especulación para conseguir los mejores precios y esto se puede ver en las cifras de las grandes compañías marítimas, que mejoraron en 5 veces sus beneficios de antes de la pandemia”, explica Mallón. En su opinión, que es también la de su sector, estarían aprovechándose algunos agentes internacionales de la situación de pandemia para invertir menos y ganar más. “Vamos a trata que se reordene es cada vez más importante que organismos como la UE o la Organización Mundial del Comercio tomen cartas en el asunto para indagar en esta situación, nos vemos por puertos y conocemos lo que está sucediendo y no es tanto el atasco como nos quieren hacer ver, sobre todo los organismos de competencia”, afirma el secretario de Asime.

“En teoría dicen que hay mayor demanda, pero no lo creemos, es una cuestión estratégica de mejorar número y beneficios y no tanto de escasez, porque la demanda es similar a antes de la pandemia”, añade Mallón, que apunta que en el caso de Vigo la mercancía principal que se mueve está afectada al ser congelado y automoción piezas y suministros comerciales e industriales. El secretario de la patronal del metal destaca que en todo esto tiene mucho que ver China, país que estaría satisfaciendo su demanda interna y su rol de líder mundial no solo en fabricación sino en transporte. “Como gran potencia, gestiona sus puertos, que son el mayor hub de transporte con Miami y Rotterdam”, recuerda.

¿Entonces, qué hacer? “Buscamos empresas proveedoras más cercanas para evitar estos costes. Hay alternativas, pero no es fácil encontrarlas, aunque es verdad que todo el mundo confía en que se regularice, pero pasan los meses y llevamos año y medio asi”. Destaca que en muchos casos van por carretera piezas que hasta ahora iban por contenedores. “Estamos hablando del 10 por ciento de la carga, es una alternativa en algunos casos, pero solo si las piezas están en Europa es posible”.

“En seis meses todo se ha disparado y cada vez es más difícil mover mercancía”

En cuanto a la industria de la alimentación y transformación de alimentos para el consumo humano, José Pernas, que está al frente de Atunlo, número 1 en movimiento de atún, y de CLPV (Centro Loxístico Porto de Vigo), la empresa que gestiona grandes congeladores en Vigo y otros puntos, la conclusión es que la crisis de los contenedores les afecta y mucho y cada vez más, por cuanto incide en toda la cadena de su negocio. Coincide, además, en el diagnóstico de Asime: que las propias navieras han fomentado o al menos permitido la escalada de precios. “Claro que es así, porque los costes del flete se han multiplicado por tres y los tránsitos se han disparado, de esperar un mes a tres, porque no hay rotación”, señala Pernas. Según indica el responsable de Atunlo y CLPV, dos firmas que cuentan con naves industriales en Beiramar, todo comenzó a dispararse hace unos seis meses y el impulso alcista no se ha detenido. “Empezó a acelerarse en verano, los últimos seis han sido espeluznantes, todo es muy complicado para mover la mercancía, posicionar contenedores resulta muy difícil porque cambian las condiciones, la demanda es superior a la oferta”, señala. Y concluye que a día de hoy todo se encuentra en manos de las empresas marítimas: “Las cosas está así, tomas lo que la naviera nos da y en sus condiciones”.

Como colofón, ratifica el punto de vista de Asime con respecto a quién sale beneficiado del incremento de precios de los contenedores. “Las cinco mayores navieras van a ganar 100.000 millones, no hay forma de pelear contra eso, es así”, zanja Pernas.