El acusado del crimen de Areal confiesa: “No sé por qué lo maté”
Tribunales
David Macía confiesa, pero se niega a explicar la relación la víctima y admite que le robó el dinero de las tarjetas
Los nueve miembros del jurado popular encargado de juzgar a David Macía por la muerte violenta del profesor Benito Torreiro en su piso de Areal en diciembre de 2021 sacaron los colores a la Fiscalía y acusaciones, durante el interrogatorio al acusado. Este siguió el guión pactado para responder con monosílabos a las preguntas del Ministerio Público que simplemente se refirió a si reconocía los hechos que se describían en su escrito, tanto el crimen (los golpes con hundimiento en el cráneo de la víctima y su degollamiento con 21 puñaladas) como la estafa con las tarjetas de crédito del fallecido.
Macía se limitó a contestar “sí, reconozco” o “sí” al despilfarro en días de más de 17.000 euros ajenos. Únicamente, afirmó un “no me acuerdo” respecto a los bizum que habría hecho a costa también de la víctima, pero poco más. Lo que no se esperaba ni él ni el resto de partes es que el jurado hiciera las preguntas claves (el tribunal popular no sabe de pactos): por qué lo hizo y qué relación tenía con el profesor, casi 50 años mayor que él.
El acusado tenía la oportunidad de dar un motivo por el que se le debería condenar por homicidio y no asesinato más allá del hecho de haber pagado 38.000 euros a la familia, incluso corroborar lo que ni siquiera su defensa alegó pero sí una de las acusaciones, que esa noche mantuvo una discusión con Benito Torreiro. Pero simplemente dijo que “no sé por qué lo hice”. Y acabó su intervención, porque se negó a responder a cuál era su vínculo con Benito Torreiro.
Tras el acusado, declararon los policías que acudieron a la escena del crimen y algunos testigos (a los que no se renunció), entre ellos la sobrina de la víctima, que corroboró el hallazgo del cadáver de su tío tirado en el suelo del salón en un charco de sangre. Ella acudió al piso de la víctima con la Policía después de que la Guardia Civil interceptara a David en la carretera con la documentación del fallecido. Los policías aseguraron que había sangre en las paredes y que sobre la mesa del comedor, un cuchillo y una bola decorativa manchados de sangre.
Un ‘usurpador’ al que le delató el uso del gallego
Además de la sobrina del fallecido también declararon sus amigos, quienes sospecharon de los mensajes recibidos desde el móvil del profesor. Su compadre testificó que había quedado en desplazarse desde Madrid a Vigo el 31 para pasar la Nochevieja con Benito Torreiro y unos días más en su casa. Cuando llegó por la tarde ese día “no me abrió el telefonillo y tampoco me cogía el teléfono. Luego recibí un wassap en el que me decía que se le había olvidado y se había ido de viaje con unas amigas”. Este testigo aseguró que notó algo raro “no era él el que contestaba y además metía palabras en gallego, algo que él nunca hacía por mensaje”. Otra amiga, con la que hablaba a diario también se dio cuenta de que algo extraño pasaba, “no me cogía el teléfono pero el 31 el usurpador me felicitó el año por wassap en gallego”. También prestaron declaración los amigos del acusado con los que gastó parte del dinero de la víctima pero a los que no se les preguntó nada sobre el crimen porque el juicio se centró únicamente en la estafa.
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