31 colegios e institutos de Vigo buscan nuevo equipo directivo
Educación
La Consellería de Educación convocó el concurso de méritos para seleccionar y nombrar directores, una tarea que cada vez atrae menos a los docentes
Un total de 31 colegios e institutos públicos de Vigo se quedarán sin equipo directivo al terminar este curso escolar. Así se puede extraer de la reciente publicación, por parte de la Consellería de Educación, del concurso de méritos para la selección y nombramiento de directores de centros públicos de cara al curso 2025/2026, en la que aparecen listados todos los que, o bien tienen directores interinos, o bien los que tienen terminan ahora su mandato.
Cada vez son menos los docentes que se ven atraídos por el cargo de dirección, ya que en los últimos años la burocracia ha aumentado considerablemente e incluso va más allá del ámbito educativo, con gestiones de becas y otras ayudas sociales que también corren a cargo de los directores de los centros educativos. Esto, añadido a que la remuneración extra no acaba de convencer a los educadores para dar el salto y comprometerse por cuatro años con un proyecto educativo, hace que cada vez sea más normal que Educación opte por el nombramiento con carácter extraordinario.
Esto último consiste en que el jefe territorial de Educación –en el caso de Vigo, César Pérez Ares– es el encargado de nombrar la dirección de los centros que no han presentado ningún candidato de entre todo el profesorado que reúne los requisitos para ejercer el cargo (ser funcionario de carrera y tener cinco años de antigüedad en funciones docentes). El equipo nombrado de esta forma tendrá un mandato de dos años en lugar de los cuatro normales.
“Nos da pánico presentar un proyecto para cuatro años”
Uno de los 31 centros educativos de la ciudad que tienen que nombrar nuevo equipo directivo a final de curso es el CEIP Canicouva. Su actual directora, Carlota Rey, indica que “salimos todos los años en esta lista porque aunque este es nuestro tercer año nunca presentamos proyecto”. Si ella y su equipo quieren seguir al frente del colegio, deberán presentar un proyecto para comprometerese otros cuatro años o renovar por otros dos, pero sin un proyecto educativo a desarrollar.
“Aún no sabemos qué vamos a hacer. Nos reuniremos a final de curso porque nos da pánico presentar un proyecto y casarnos con la dirección durante cuatro años”, apunta. Aunque Carlota asegura que “es una experiencia muy gratificante a pesar de ser intensa y exigente”, dice que “con todo lo que pones en el asador a nivel mental y físico es una situación díficil de aguantar a medio plazo”. Y eso que su colegio “está funcinando muy bien a nivel de matrícula y convivencia”, pero le parece mejor “ir viendo año a año y tener la tranquilidad de poder dejarlo a corto plazo”. Por esta razón, cree que estaría bien “que llegue un equipo joven que tenga ganas y energía para comprometerse a medio plazo”.
Carlota cree que “para que las direcciones fuesen más ligeras y funcionales habría que quitar carga docente, ya que son muy pocas horas para ejercer todas tus funciones”.
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