Ricardo Fuciños: “El futuro pasa por una gestión del talento mucho más humanista”
"En la formación de directivos hay mucho de habilidades para el crecimiento personal y gestión de personas", señala el director de Instituto de Empresa en Galicia
Ricardo Fuciños es el director gerente del Balneario de Mondariz y director del Instituto de Empresa en Galicia, que ha cumplido 20 años de actividad con el Balneario como su sede.
Instituto de Empresa lleva más de 20 años en Galicia. ¿Cómo ha sido este proceso?
Ha sido un reto, porque uno de los hándicaps que tenía antes la formación de directivos, cuando querías acudir a una escuela de esta calidad como el IE, no te quedaba otra que ir a Madrid. Kiko Rial, el codirector del programa en Galicia, tuvo la valentía de proponer que había que acercar los programas de formación de directivos a las empresas. Así que la primera experiencia de un programa regional de IE fuera de Madrid fue en Galicia. Por eso el año 2025 tendremos la 21 edición del AMP (Advanced Management Program) de Galicia. Dado el éxito que tuvo en Galicia ya se ha trasladado a otras nueve comunidades.
¿Cómo ha cambiado la formación de directivos en estos 20 años?
Como la propia tarea directiva. El IE si tiene algo que lo distingue, aparte de su excelencia por sus académicos y por el talento de la gente que imparte las formaciones, también es porque tiene mucho que ver con la capacidad de liderazgo y sobre todo la visión emprendedora de las empresas y los equipos directivos. Al principio, la formación tenía un componente mucho más académico, más de contenidos y más de casos muy centrados en la parte operacional de las empresas. Ahora, cada vez más, tienen mucho peso todas aquellas habilidades de crecimiento personal, de gestión de personas, de adaptarse al medio cambiante, de tener una visión estratégica y más global. Cada vez más, los líderes tienen que tener un componente más humanista, sobre todo para la parte de gestión de talento. En ese sentido, nosotros adaptamos también la formación a esas nuevas tendencias o necesidades.
Al inicio sería difícil llegar a las empresas o que entendieran la necesidad de esta formación.
Sí que fue difícil. Pero las empresas han entendido el valor que esta formación de sus directivos devuelve a sus compañías. Eso ha hecho que haya una inercia y una vocación de las propias empresas, para que la formación sea una parte importante para retener el talento. Antes, los mayores alicientes para mantener el talento eran puramente económicos. Ahora, las empresas se han dado cuenta que tienen que ser muy conscientes de que tienen que cuidar las carreras profesionales y que esa retención del talento va mucho más por ofrecer estos intangibles de crecimiento personal de los directivos.
¿También se adaptan a necesidades concretas?
Sí. En el programa de la AMP, que tiene una duración de febrero a julio en el caso de Galicia y se imparte los martes en sesión continua de 9 de la mañana a 7 de la tarde, intentamos que el sobreesfuerzo personal no sea algo que les vaya a llevar a frustrarse. Entonces lo que hacemos es que todo el trabajo lo concentramos en esa jornada y en un entorno fantástico, como es Balneario de Mondariz. Tenemos también dos residenciales, tanto en Madrid como en Vigo, y es una dinámica que aporta flexibilidad. Al año siguiente te dicen que echan de menos aquellos martes que suponían una ventana de aire fresco dentro de su tormenta de gestión diaria. Y luego también otra de las cosas que hemos hecho es hacer un programa ad hoc para un sector, para una empresa e incluso para un grupo de empresas.
¿Cómo llegan a las pequeñas empresas?
Las grandes a veces hacen de tractores de las pequeñas. Te preguntan ¿quién está ahí? Ese gap de empresas pequeñas es mucho menor, lo empiezan a ver casi tanto o más necesario que las grandes. Creo que lo hacen a veces de manera defensiva, es decir, ven que los cambios cada vez son más grandes a nivel empresarial. También muchos que tenían una responsabilidad en una compañía y deciden dar el salto al emprendimiento y lo que buscan es una visión más general.
¿Y por dónde va el futuro de la formación de directivos?
Por una gestión del talento mucho más humanista. Mucha importancia en la gestión de equipos, fundamental el trabajo en equipo, aunque es imprescindible tener un foco muy claro en nuevas tecnologías. Diría que esas dos cosas y en amplitud de miras de cara a los cambios.
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