María Esclapez: "La herida emocional es un recuerdo estresante que el cerebro no ha sabido codificar"
Psicóloga, escritora y divulgadora
La autora combina teoría y práctica, con ejemplos de su vida personal y de pacientes anónimos
"Tú eres tu lugar seguro" (Bruguera), el último libro de la conocida psicóloga, escritora y divulgadora María Esclapez, trata sobre el amor propio, el apego y las personas que sirven como refugio. La autora combina teoría y práctica, con ejemplos de su vida personal y de pacientes anónimos, para ayudar a los lectores a curar sus heridas emocionales con la idea de relacionarse mejor consigo mismos y con los demás. María Esclapez está muy presente en las redes sociales y en fecha reciente participó también en el programa “La isla de las tentaciones” para analizar las situaciones tóxicas que se daban entre los protagonistas.
¿En qué consiste ese "lugar seguro· del que habla en su libro?
No es un sitio como tal, sino que son vínculos seguros con uno mismo y con los demás. Hablamos de vínculos sanos, en los que abunda esa sensación de tranquilidad, todo lo contrario a una relación tóxica en la que hay inseguridad, la sensación de que puede pasar cualquier cosa en cualquier momento, ansiedad, incertidumbre. En un vínculo sano todo eso no existe.
¿Qué son las heridas emocionales? ¿Es difícil encontrarlas y repararlas?
Es difícil encontrarlas cuando no somos conscientes de que las tenemos, a pesar de que podamos ver en nuestro día a día que hay cosas que no funcionan. Todos tenemos traumas, que es otra forma de llamarlo, para encontrarlos tenemos que ver qué pasa en mis relaciones con los demás, con mi pareja, mis amigos, mi trabajo, mi familia y conmigo mismo. Para saber de donde vienen tenemos que acudir al pasado y no necesariamente a la infancia, en la que es verdad que hay mucha información, pero también a la adolescencia o incluso a dos o tres años atrás, al momento en el que se originó esa herida emocional que no es más que el recuerdo de un momento altamente estresante que el cerebro no ha sabido codificar. Volver a codificar ese recuerdo es un trabajo laborioso.
En su libro habla de responsabilidad afectiva y emocional. ¿Lo aplicamos poco?
Todo aquello que yo diga o haga, o lo que no diga o no haga, va a tener una consecuencia en ti. Tengo que ser consciente de eso y hacerme responsable del efecto que causamos en los demás y en nosotros mismos.
¿Por qué es interesante la meditación?
Nos permite estar en el presente. Mi cabeza va y viene: va al futuro y se interesa por aquellos problemas que pueden existir pero que no existen, lo que yo llamo los 14 millones de probabilidades, va al pasado porque genera culpa en una situación, esas rumiaciones que a todos nos vienen. Cuando eso pasa hay que trabajar en ello, pero a veces esa revisión del pasado o esa previsión de futuro no nos aporta nada y tenemos que volver al presente. El cerebro no entiende de tiempos, aquello que tú le presentas sea del futuro o del pasado va a creer que es del presente.
¿Cómo nos ayudan la compasión y el perdón?
El perdón nos ayuda a soltar. Perdonar no es justificar, olvidar, entender o empatizar, sino que es aceptar que algo pasó y decido soltarlo para que no me condicione, decido pasar página, lo cual me permite avanzar. Y la compasión es como la empatía pero mejor porque te permite comprender a esa persona, tiene un toque emocional. La empatía es entendimiento, pero la compasión es compresión, tiene un toque emocional, conectas realmente. Con nosotros mismos o con una persona muy allegada no hay mejor herramienta que la compasión.
Propone crear una brújula con nuestros valores. ¿Nos perdemos mucho?
Sí, es un ejercicio que propuse porque nos perdemos. Se trata de colocar nuestros cuatro valores principales en lugar de norte, sur, este y oeste. Cuando estás ante un dilema y no sabes qué camino elegir, piensa si tiene que ver con tus valores. Si es así sigue adelante, si no plantéatelo una vez más.
¿De qué manera podemos empezar a curar nuestras heridas?
Tenemos que plantearnos dónde estoy en este momento, qué me está pasando, y desde ahí hacer un viaje al pasado. Es algo que se hace en terapia y yo ayudo a hacerlo en este libro, para empezar a atar cabos. Si realmente quieres sanar esas heridas tienes que ir paso a paso, ver qué las originó, en qué te están influyendo ahora y cómo puedes trabajarlo. Si con el libro no es suficiente, lo suyo es acudir a un profesional que te guíe y te ayude. El libro no sustituye a un profesional. A veces no podemos resolverlo solos, yo en su día no pude, lo reconocí públicamente y no tengo ningún problema en ir al psicólogo y al psiquiatra porque al final es una necesidad. La salud no es solo física, sino que también es mental y no hay salud sin salud mental.
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