Manolo Rodríguez: “Es un orgullo permanecer en esta ciudad, a la que quiero con locura”

Manuel Rodríguez (Cangas, 1947), Manolo ‘O Gran Capitán’, es historia y es presente. Una dualidad que apenas conocen unos cuantos elegidos. El jugador con más partidos con la camiseta del Celta (533) es persona clave en el Centenario.

¿Qué se siente al ser el jugador con más partidos en la historia de un club con 100 años ya?

Es un orgullo haber llegado a esa cifra, a pesar de que tuve lesiones. Está ahí y para mí es un gran orgullo seguir siendo el futbolista con más partidos. Probablemente, llegue algún jugador que me supere, pero sigue siendo una satisfacción estar ahí primero y permanecer en esta ciudad, a la que quiero con locura.

Hugo Mallo ya no lo va a superar y a Iago Aspas le quedan unas dos temporadas.

Hugo Mallo estuvo ahí y se marchó este verano. Podía haberlo conseguido. Y Aspas, si no llega a ser por esos dos años fuera, estaría a la vuelta de la esquina. Son futbolistas que han jugado muchos partidos y a un gran nivel. Se lo merecerían.

Ahora, cuando vuelve la vista atrás, ¿qué piensa?

Ves muchas cosas positivas, pero siempre hay algunas negativas porque hay cosas que se pudieron haber hecho mejor, como tener más partidos en Primera. Tuve una lesión grave que me mermó bastante aunque, en general, estoy muy satisfecho porque el club y la afición me rindieron un homenaje extraordinario cuando dejé el fútbol. Y eso es algo impagable.

¿Sigue yendo a Balaídos?

Sí, sí. En el partido ante Osasuna se pudo ver un ambiente extraordinario. No recuerdo ningún partido con tantas camisetas del Celta en la grada. Es una satisfacción muy grande ver todo esto. Lo único es que el resultado no acompañó. Esperemos que cambie para que el equipo no se meta en el pozo de la pasada temporada.

¿Disfruta del fútbol como aficionado o todavía analiza mucho el juego?

Disfruto cuando el equipo juega bien y, cuando lo hace mal, estás un poco más serio porque ves que que las cosas no salen como quieres. Lo vives como un aficionado, pero también con la vista de una persona que se ha dedicado a esto. Igual lo ves de otra manera, pero siempre intento analizarlo con tranquilidad, sin caer en mucha pasión y tratando de disfrutar del Celta todo lo que pueda.

¿En su época eran los futbolistas más anónimos que los de la actualidad?

Por supuesto. La gente te conocía, pero no es como hoy, que estás hasta en la sopa. En la actualidad, creo que tienen problemas para salir a la calle. También es cierto que van con sus aparatos de música y demás y pasan más de los aficionados. En mi época, creo que nos parábamos más con la gente. Igual a día de hoy están tan atosigados que no pueden hacerlo. No lo sé, pero sí que en mis tiempos intentábamos atender a todo el mundo y, cuando te pitaban, aguantar.

Que también tocó.

Y tocó mucho, puedes tenerlo claro. La diferencia es abismal con hoy en día. Lo que te decían, lo que te esperaban en la puerta… A día de hoy, nada. Te aplauden, lo hagas bien o lo hagas mal. Y la prensa también es mucho más buena ahora que en mis tiempos. Es una diferencia increíble, no tienen nada que ver los palos que se daban antes cuando las cosas iban mal, que los que se dan ahora. Cambió mucho.

Ahora estamos acostumbrados a ver muchos jugadores extranjeros en los equipos, pero antes no era así.

Cuando comencé, lo que había eran los oriundos, con padre o abuelo de aquí. Era todo un poco amañado, la verdad. Después, sí que se comenzó a permitir la llegada de extranjeros y había dos. A día de hoy, puedes tener todo un equipo de fuera. Esto es un espectáculo y todo va marcado así.

Usted jugó en Europa con el Aberdeen y, después, el Celta volvió pero con un equipo de gran nivel.

Sí, sí. Aquel Celta era muy bueno. El de los noventa pudo pelear por todo. No llegó a conseguir lo que pudo obtener el Deportivo, pero tenía tan buen equipo como el coruñés. Se peleaba con el Madrid y el Barcelona. Era una gran escuadra, lo que pasa es que igual se gastó más de lo que se tenía. Y, si lo haces, sabes lo que viene después.

¿Es bonito que el club se acuerde de usted en los actos del Centenario?

Sí, lo es. Es cierto que, en ocasiones, echo de menos a compañeros que también han hecho una gran labor. Que han jugado menos partidos, pero estuvieron ahí. A veces, me veo algo solo. Es cierto que esta directiva se acordó de mí y me está dando lo que no me dio nadie antes.

Usted dejó el fútbol y estuvo unos años como técnico, pero después se desligó. No es sencillo ser profesional y compaginarlo con una vida personal.

El fútbol te absorbe y es difícil. Tienes que cuidarte, ir al detalle y el fin de semana lo pierdes. Después de jugar, estuve en la parcela técnica. Continuaba en la misma dinámica y, además, tenía un negocio. Y, en esa situación, casi no vives. Ahora, con el tiempo, veo que igual me equivoqué, que me metí en demasiadas cosas hasta el punto de abandonar un poco a los hijos cuando son pequeños. No tienes el tiempo que deberías para disfrutarlos. Ahora sí que estoy con los nietos. Es para lo que estamos.

¿Le preguntan por el Celta?

No, no, no creas que preguntan mucho. Y eso que en el salón de casa tengo como una sala de trofeos con todo lo que me dieron y los obsequios en la retirada. La juventud de ahora debe ser así porque, yo de pequeño, tenía a Bermúdez, que era portero del Celta. Se bañaba todos los días en la playa de Rodeira ya de mayor. Iba con él y le preguntaba y él me contaba su experiencia en el fútbol. Sí atendía mucho, pero a mis nietos ya no les cuento nada porque ni caso. No sé, es la diferencia de la juventud de antes con la de ahora.

Eso sí, camisetas tendrá pocas.

Cuando comencé, si perdías una camiseta, te caía una buena bronca. Hoy, tienes un montón. Por eso no me quedaron muchas. Y la ropa para entrenar y todo… Tengo alguna foto que dices: madre mía, es de coña. Pero eran otros tiempos. En la actualidad, todo mejoró y es positivo. Dentro de todo, puede haber alguna cosa negativa, pero la situación es mejor y el futbolista vive mejor que nunca.