Lourdes Carballo: "El problema judicial no se soluciona llevando procedimientos de Vigo a Pontevedra”

"La abogacía no solo se dedica a la defensa de la ciudadanía, además tiene sus propias reivindicaciones que son poder desarrollar nuestra función y dar un buen servicio a los ciudadanos", asegura la decana del Colegio de la Abogacía de Vigo

Lourdes Carballo, en el set de Atlántico TV.
Lourdes Carballo, en el set de Atlántico TV.

Lourdes Carballo Fidalgo lleva nueve años como decana del Colegio de la Abogacía de Vigo (su actual denominación) y por ello es una voz autorizada en el mundo judicial vigués. Está en su segundo mandato.

¿Cómo han sido estos nueve años? Se pasaron rápidos.

Sí, se pasan deprisa, hasta el punto de que una se siente como al principio, con reivindicaciones alcanzadas, con mejoras conseguidas, pero todavía con mucho por hacer

Comenzó septiembre, cuando todo se reinicia, ¿Cómo se presenta el curso judicial?

Parece que va a ser una continuación del anterior, porque en Vigo hay un volumen de litigiosidad elevado. Es una ciudad que se mueve mucho, donde hay mucha industria, actividad comercial, y esto acaba redundando en que hay muchos conflictos entre particulares y con la Administración, de todo ámbito. Es verdad que los juzgados de Vigo son de felicitar porque tienen una carga importante de trabajo, suelen figurar como los juzgados con mayor tasa de asuntos que ingresan, no solamente los pendientes. Tenemos una sección de la Audiencia en Vigo que trabaja a destajo para mantener una respuesta adecuada al volumen de trabajo que tienen

Con los refuerzos de magistrados, ahora funcionan como si fueran dos salas.

Querríamos disponer de dos salas. Esa la es idea, hasta que esto no se consiga será una sala que tenga que despachar más asuntos que los que tendría que resolver pero es verdad que esta solución, que no es la que nosotros queremos, ayuda a descolapsar. Hay muy buena voluntad por parte de las magistradas, son mujeres, buena disposición, la actual presidenta pone todo de su mano para que funcione, haya una respuesta rápida. Pero una de las cosas que hay que hacer es derivar procedimientos para su resolución que proceden de juzgados de Vigo a Pontevedra. Es verdad que es una solución buscada para no perjudicar al justiciable ni a la abogacía, pero la solución en realidad no es derivar procedimientos de Vigo a Pontevedra. La solución es que los procedimientos que se inician en Vigo se resuelvan en Vigo y para ello se cree esa segunda sección.

¿Con el nuevo curso, las reclamaciones son las mismas o hay nuevas?

La abogacía no solo se dedica a la defensa de la ciudadanía, además tiene sus propias reivindicaciones que son poder desarrollar nuestra función y dar un buen servicio a los ciudadanos. Y están todas las que se mantienen constantemente: que sea obligatoria la intervención de abogado y abogada en cualquier procedimiento judicial y administrativo, porque eso garantiza la defensa de los derechos de los ciudadanos, a esta y otras reivindicaciones hemos avanzado mucho. Hay otras particulares que afectan a la condición del abogado, las relativas a una pensión digna y las que se refieren a la retribución de todos los servicios del turno de oficio, por el trabajo realizado.

El edificio de la Cidade da Xustiza ya lleva casi dos años en funcionamiento. ¿Están contentos o menos de lo esperado?

En principio como sede de la Administración de Justicia en Vigo no tiene queja porque es un edificio imponente, domina toda la ciudad, de una blancura que emociona, que pacifica y dignifica las funciones que allí se realizan. Pero es verdad que hay cuestiones puntuales que se fueron solicitando a la Dirección Xeral de Xustiza y se fueron atendiendo. Algunas peticiones. Queremos espacios un poco más cerrados en las zonas previas a las salas para poder tener conversaciones más confidenciales entre profesionales y algunas quejas hay sobre las salas, pequeñas. Cuando traemos alumnos para asistir a juicios casi no caben. La macrosala tiene problemas acústicos. Que no permite tampoco la presencia de tantas personas como sería deseable. Hay algunos problemas de difícil solución, pero hemos tenido respuestas y estamos en contacto permanente.

Una pregunta clásica: ¿La profesión de la abogacía, cómo está? Lo pasó muy mal con el covid.

Estuvo muy mal. Ahora hay trabajo, lo que ocurre es que hay muchas personas colegiadas, los “boomers” (los millones de nacidos en los sesenta) estamos ahora ocupando mucho espacio en este mercado y habiendo muchos procedimientos judiciales no llegan a todos, y no solo porque haya muchos profesionales ejerciendo sino porque hay una concentración de litigios en determinadas plataformas. Me gustaría decir despachos, pero no. Si la acumulación fuera en despachos medianos no me preocuparía, porque eso significa trabajo para todos. El problema es que se acumula en plataformas digitales en los cuales no tenemos control sobre si los que están asesorando son realmente profesionales de la abogacía correctamente colegiados o en realidad son personas que pueden incluso no tener título o que aparecen bajo un nombre y luego tienen subcontrataciones. Eso está haciendo mucho daño a la abogacía, porque es una competencia que no podemos calificar de leal porque detrás porque puede haber intrusismo. Eso, por una parte, por otra, que no está totalmente distribuido el trabajo, hay además mucha competencia basada en precios, que es un error. Eso, igual sirve para otros productos, pero nosotros no ofrecemos productos, sino un servicio, el de defensa ante un tribunal. Y lo que tiene que primar para el cliente a la hora de elegir a la persona que le defienda es la confianza que le inspira, el nivel de experiencia, de conocimientos, de especialización, en definitiva, la confianza y no el precio es lo que debería determinar la elección.

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