Sonsoles Ónega y Alfonso Goizueta, Premios Planeta 2023: “Hasta que no la escribes, la historia no te deja vivir”
Sonsoles Ónega y Alfonso Goizueta visitaron Vigo para presentar sus libros, reconocidos en los Premios Planeta 2023
Los escritores Sonsoles Ónega (Madrid, 1977) y Alfonso Goizueta (Madrid,1999) han sido ganadora y finalista de los Premios Planeta 2023. Sonsoles con Las hijas de la criada, una novela íntima donde relata la historia de tres generaciones de mujeres pertenecientes a la familia Valdés, que transcurre entre Cuba y Galicia. Alfonso, por su parte, con La sangre del padre, transporta al lector al siglo IV a.c. con la vida y obra de Alejandro Magno, vista desde otra perspectiva más personal. Ambos comenzaron su gira en Vigo, un lugar que ellos mismos valoraron como ”inmejorable", poniendo en valor el cariño del lector vigués.
Las Hijas de la criada y La sangre del padre narran historias totalmente contrapuestas pero con un nexo en común: La lucha de sus protagonistas. En su caso Sonsoles, ¿cómo lo hacen?
Sonsoles Ónega: Es verdad. Son personajes que luchan. Salvo el lector, no saben muy bien el porqué están luchando. Hay algo de incomodidad íntima en ellas mismas y eso les hace que durante toda la novela estén buscando algo tan supremo como es la verdad. Además, es una novela de amores y desamores, que en sí mismo también es una lucha. Esa que busca incesantemente sentirse querido en un momento dado. Son personajes muy necesitados de afecto y de cariño. Todo eso está en la novela.
Todo ello con una reivindicación del papel de la mujer en la sociedad.
SO: Parece que no, pero la lucha sigue estando vigente. A mí me sorprende que en el mar, por ejemplo, siga habiendo grandes desigualdades y esa gran falta de reconocimiento a la mujer que trabajan en el litoral. Sin ella no hubiese sido posible nada. Y en ello tengo profunda convicción sobre el papel de la mujer. En el mundo del mar la mujer ha sido invisibilizada y aún hoy sigue estando arrinconada.
El personaje de Alejandro Magno, en cambio, nos muestra una lucha más bruta y violenta. Alfonso, ¿por qué ha sido elegido su protagonista?
Alfonso Goizueta: Es uno de los grandes guerreros de la historia. La gesta que realiza es una de las más importantes del mundo, con la conquista de Oriente Medio. Pero también, curiosamente, y es el punto donde las novelas dialogan, es que la guerra que tiene es muy íntima contra sí mismo. El crecimiento personal de este personaje y la superación es lo que me fascinaba. Eso fue lo que me llevó a escribir de él. De alguna forma, el viaje de la novela es la propia forma fuera de la vida de Alejandro, como él se va descubriendo y cómo va luchando contra posiblemente el mayor enemigo que tiene, que es él mismo.
¿Ha sido complicado adentrarse en su mente?
AG:Tienes que hacer un ejercicio de empatía para ponerse en su piel. Pero no solo en la novela histórica. Creo que cualquier novelista lo hace para pensar cómo son sus personajes y cómo pueden sentir. El caso de Alejandro es particular, porque su vida está muy documentada, pero no en el aspecto personal. No nos ha dejado como fuente unos diarios o correspondencia que nos hable de sus sentimientos o pensamientos. Entonces ahí, es el lugar y el momento donde llenas el protagonista a base de imaginación.
SO: Además, en el caso de Alfonso, consigue crear un personaje que no conocíamos. Hemos estudiado y tenido contacto con la historia de Alejandro, pero los personajes que construye Alfonso, todos reales, nos trasladan a una figura totalmente desconocida. Al menos para mí, y creo que para el gran lector también.
Uno de los puntos fundamentales para la puesta en marcha de la novela es la documentación. En el caso de Sonsoles, ¿cómo ha sido para centrarla en Galicia?
SO: Lo he tenido que hacer con el compromiso de construir una novela que fuese verosímil, que es lo que me gusta hacer con mi literatura. Que todos los sucesos sean correctos y coherentes entre sí, y luego rigurosa en Galicia, sobre todo con la industria de la conserva. Es algo que me preocupaba, y ahí es donde entra mi yo periodista, que me obligo a hacerlo de la manera más rigurosa para contar todos los hechos. Pero tiene partes de ficción. Me doy el capricho narrativo de crear una escuela de mujeres dentro de una fábrica, aunque no encontré referencias. Esos pequeños ingredientes que incorporas son ficticios, pero te ayudan a crear una atmósfera de lo que quieres contar. En el caso de Alfonso, con un personaje del siglo IV a.c., yo me pregunto dónde ha sacado toda esa información.
AG: Aunque sea del siglo IV a.c. hay muchas cosas en común de ambas novelas. La lucha por el poder es una de ellas. La superación de los personajes de Sonsoles, en este caso, es similar a los que tienen los míos. Al final las novelas tratan los grandes temas humanos.
SO: Los grandes temas de la humanidad llevan plasmándose en la literatura desde que el hombre escribe. Aún hoy están vigentes. Solo hay que pensar, por ejemplo, en Fernando Fernández-Tapias y lo que le rodeó. Las lealtades, la pasión, las herencias…Son temas históricos que no terminan de caducar.
¿Cuál es la chispa que necesita un escritor para crear una novela de estas características?
AG: La pasión. Te tiene que mover algo por dentro. Hasta que no la escribes, la historia no te deja vivir. Llega un punto en que tiene dominio sobre ti y tu vida. Es un poco la carga con la que convivimos los escritores.
SO: No sabes muy bien cómo brota, a qué responde. Tal vez esté en el adn del novelista. A veces pienso ¿por qué tengo yo esta necesidad, en ocasiones atosigante, contra la que te puedes enfadar tú misma y contigo misma en los momentos de máxima intimidad? En eso coincidimos. Él tiene 24 años, yo 45, no somos ni siquiera iguales en la generación. Pero me gusta que compartamos esas cuestiones. Supongo que será algo parecido a la vocación. Esa llamada que te hace dependiente de tu cabeza. En ocasiones, esclavo. Si no se tuviese, a nadie en su sano juicio se le ocurriría empezar a escribir.
¿La literatura se está perdiendo en los jóvenes en favor de la instantaneidad de las redes sociales y las plataformas digitales?
SO: Yo tenía un pensamiento que cambió Alfonso. Pensaba que los jóvenes estaban leyendo menos precisamente por la adicción a las pantallas. Los que escribimos libros muchas veces competimos con las series. Alfonso me dice que no, que los jóvenes están leyendo más, se acercan a los libros con la misma pasión que nosotros.
AG: Todo son matices. Sí es verdad que los jóvenes devoran las grandes sagas. Cuando entras en una franja de edad un poco mayor, se dificulta un poco más con esto de las redes sociales, porque sentarse a leer un libro requiere de un ejercicio de concentración. Una frase preciosa que le voy a robar a Sonsoles es que una sociedad que lee es una sociedad más libre, y por tanto, menos difícil de dominar.
SO: El caso es que siempre tiene que haber historias, y alguien que las cuente. A los jóvenes hay que llegarles de alguna manera. Y saber el famoso scroll de las redes te quita tiempo de otras cosas. Cuando coges el libro, el móvil tiene que apartarse. Esa es la forma de que los jóvenes reconozcan el placer de la lectura.
Contenido patrocinado
También te puede interesar
Lo último