Diego Taboada: “Para obtener cualquier objetivo, hay que entrenar como el mejor”
"Luis Linares era el jugador más veterano y de mayor experiencia de la plantilla", explica Diego Taboada entrenador lucense del Club Vigo Voleibol
Diego Taboada (Lugo, 44 años) llegó este verano al Club Vigo Voleibol para entrenar al equipo de Superliga 2 y hacerse cargo de la coordinación de la cantera con el objetivo de sacar jugadores hacia el primer equipo. La formación olívica marcha cuarta en la clasificación.
¿Cómo se encuentran ahora?
Ya dijo Guillermo Touza -presidente- que nuestro objetivo era la permanencia, lo que pasa es que el equipo entrena bien y compite bien. Gracias a que también estaba Luis, en la primera parte de la liga, nos pusimos segundos. A partir de la marcha de Luis (Linares), el equipo perdió algo de ‘punch’ a la hora de competir dentro de los partidos. No lo hicimos mal, porque seguimos ganando partidos, pero sí que hemos perdido puntos que nos impidieron seguir en esas posiciones cabeceras. Ahora somos cuartos, cerca del segundo, pero sí que nos costó algo más.
¿Por qué condiciona tanto esa posición de central que ocupaba Linares?
Influye por varios aspectos. Luis Linares era el jugador más veterano y de mayor experiencia de la plantilla y un jugador de referencia a nivel estatal en su puesto. Nos sacaba de muchos apuros en muchos momentos y también nos hacía que el juego era fluido. Además, a nivel defensivo, es la persona que impide que el otro equipo ataque cómodo. Es fundamental.
¿Y es el perfil más difícil porque se requiere ser alto?
Es difícil encontrarlo en Galicia y un poco más en nuestro club, que miras a la cantera, hay muchos jugadores, pero en esa posición no tenemos. Se requiere altura y también ser rápido porque, si no lo es, también tendrá dificultades. Y, por lo tanto, no es sencillo encontrar esas características.
Usted habla de que el objetivo es la permanencia, pero quiere ganar todos los partidos.
Por una parte está el objetivo general, que es la permanencia. Pero, si quieres conseguir algo, ya sea la permanencia, la fase de ascenso o estar en una determinada posición cómoda, tienes que entrenar como el mejor equipo de la liga. Si no, es muy complicado poder llegar a ciertos objetivos. Siendo realistas, hay veces que lo haces muy bien y estás arriba, pero no es sencillo mantenerlo. Para ello, necesitas una plantilla más extensa, con más recursos y, sobre todo, experiencia. Estoy contento con el equipo que tenemos y están entrenando muy bien, pero sí que tienen una juventud que impide llegar a ciertas cotas.
Son un equipo amateur y entiendo que no es sencillo.
Es muy importante saber compaginarlo y, también, que los jugadores de cantera entiendan lo que es competir en un deporte colectivo que ya aspira a ciertas cosas. Nosotros somos aficionados, pero ya estamos en la segunda categoría de España que ya es un nivel alto en Europa. Hay que entenderlo y mi objetivo principal es que lo puedan asimilar. Yo crecí en el Emevé de Lugo, que es un equipo similar al de Vigo, y logramos llegar a la máxima categoría con jugadores de cantera. Pero es cierto que es un proceso muy largo, de muchos años de trabajo y de orientar a los jugadores hacia una forma de trabajar y entender el deporte.
¿Se puede llegar en el Club Vigo?
Puede darse, pero tienen que coincidir. Por ejemplo, esta temporada, si llegamos a tener a Marlon Mendoza, que estaba la pasada temporada, podríamos estar muy arriba. Porque es un jugador diferencial y que solventa muchas situaciones. Aún así es muy complicado porque los otros equipos tienen más presupuesto, gente veterana y unas condiciones de trabajo que nosotros no tenemos. Aún así, entrenan muy bien, y se están incorporando jóvenes que vienen con nivel, pero hay que respetar el proceso de aprendizaje de todos los jugadores.
¿Cómo llega al Club Vigo?
La mayor parte de mi vida deportiva ha sido en el Emevé de Lugo y, por circunstancias, me voy de allí. Estoy el año pasado en el San Sadurniño y tuve algunas ofertas para irme a otras partes de España o al extranjero. Lo que sucedió es que me tiró la parte personal porque aquí tengo la familia, la casa. Tuve la suerte de que Guillermo Touza me llamó porque Parga se fue a San Sadurniño. Hicimos un cambio de cromos y pronto llegué a un acuerdo. Es un club que conozco mucho, que ya estuvo en la máxima categoría y por el que pasaron muchos jugadores de Lugo. Lo conozco mucho. Vi que era un sitio en el que iba a estar cómodo y así lo es. Estoy muy contento de formar parte del Club Vigo.
¿Cómo es la coordinación?
Nos planteamos esa situación y fui yo el que se lo dijo al club, que quería estar presente en las categorías inferiores masculinas. Al final, son los equipos que convergen al conjunto de Superliga y el proceso de formar a un jugador comienza mucho antes de llegar a un primer equipo. Siempre digo que no es lo mismo tener cantera, que tener cantera que pueda jugar al máximo nivel. Para eso, hay que tener un sistema de trabajo desde pequeños porque tienen que entender el camino que llega hacia el máximo nivel. Guillermo Touza ya estaba de acuerdo. Y así comencé como coordinador y creo que es mejor que como entrenador directo de un equipo. Así ayudas y no limitas a que se forme otro entrenador. Es importante porque siempre hay falta de entrenadores por eso vimos que era el mejor lugar para mí.
¿De qué forma lleva el día a día?
Hay que tener mano izquierda porque no debes estar demasiado presente. Esto puede llevar a que los entrenadores se desarrollen dentro del entrenamiento porque están más pendientes de ti que de la propia sesión. Pero, al mismo tiempo, tienes que estar atento a las decisiones, solucionar las dudas o ver algo y aconsejar para solucionarlo de una determinada manera. Como estoy subiendo a jugadores cadetes y juveniles también hablo con sus preparadores para comentarles lo que opino sobre la forma de entrenar. Encaminarlos, pero sin perder la esencia de un entrenador. Cada uno tiene que tener su personalidad y, dentro de ellos, adquirir cosas de otros o de lo que se vaya recomendando.
¿Cómo gestiona no poder tener un equipo profesional?
En los últimos años sí que pude serlo, tenía un entorno profesional con entrenamientos de mañana y tarde. Ahora no puede ser así, y tienes que ser mucho más eficiente dentro de las horas que tienes con los jugadores. Y, además, tienes que estar mucho más presente en la parte emocional de los deportistas porque no es fácil levantarse a las 6:00 de la mañana, tener clases, después comer rápido, ir al gimnasio y a entrenar. Hay que medirlo porque el jugador puede llegar con la cabeza que le explota al entrenamiento. Hablo mucho con ellos porque sé que puede pasar y es algo que tenemos que llevar para crecer como deportistas y como personas. A nivel de grupo y de juego, dentro de la cancha, también se refleja porque no siempre salen las cosas como queremos al llegar a un partido y, aún sí, podemos competir.
Hablamos de cadetes, juveniles, universitarios. Adolescentes y jóvenes, ¿cómo es tratar con ellos?
Ahí es donde más experiencia tengo porque soy maestro. Alguna herramienta tengo, trabajo con categorías inferiores y estoy con la selección española sub-18. Tengo herramientas en ese aspecto y, después, es importante que te respeten los jugadores. Que si dices una palabra con un tono más alto de lo normal, te escuchen. Y eso ayuda mucho. Por otro lado, la vida también es cuestión de equilibrio, y que ellos entiendan que el error es parte del aprendizaje, pero que no se refugien en él para entrenar mal. Y, a mayores, son chicos que tienen su vida y tienen que vivirla y descubrirla. Tienen que salir con los amigos y hacer alguna tontería de vez en cuando porque es una época de la vida en la que tienen que descubrir la vida y equivocarse como parte del aprendizaje. Eso sí, tu obligación es decir lo que no es correcto.
¿Hay problemas de entrenadores?
Estamos en un ‘boom’ del voleibol. A raíz de la pandemia, hemos desarrollado una red de captación muy buena, se aumentó mucho el número de jugadores, pero hace unos quince años teníamos más entrenadores de los que hay ahora. La sociedad también cambió y esa parte de ayudar sin nada a cambio, igual ya no se hace tanto. Ahora, si se dedica un tiempo a algo, a la gente le gusta que se lo recompensen a nivel económico. Y no es algo sencillo. Aún así, también es necesario ir hacia el camino de la profesionalización de los entrenadores porque facilitará que el trabajo sea más eficiente, mejor hecho.
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