Ana Seabra: “En la élite, las oportunidades casi siempre son para los hombres”

Balonmano

“No pensamos en lo que ya ganamos, sino en lo siguiente por ganar; la filosofía es ir partido a partido”, expresa la entrenadora del Mecalia Atlético Guardés en su visita al set de Atlántico

Entrevista a Ana Seabra, entrenadora del Guardés. | Gonzalo Pamies

Ana Seabra nació en Montpellier (1977), pero es de Aveiro. Oficia la liturgia del 'partido a partido' tan bien como el más famoso de sus sacerdotes. Ese credo la ha llevado a ser considerada la mejor jugadora de la historia de Portugal y bajo la misma religión está empeñada en hacer -aún más- historia en el Guardés, al que tiene líder de la Liga con 17 victorias en 18 partidos en su primer año completo como primera entrenadora tras apagar fuegos en las dos anteriores.

¿Qué se siente al ver a las rivales por el retrovisor?

Sentimos cosas buenas porque creemos que estamos haciendo cosas buenas. Sabíamos que no es una liga fácil, con oponentes de calidad, pero yendo partido a partido creímos en sumar puntos. Lo estamos haciendo y estamos muy contentas por estar ahí. Hay que disfrutar y seguir hasta el final.

¿Cuál es el secreto de este Guardés?

Estas chicas son muy competitivas y trabajan muy bien. Han abrazado la causa y sienten que pueden. Teniendo un buen vestuario, entrenando tranquilas y disfrutando de las cosas, el éxito genera éxito.

Ha traído de vuelta el ADN de defender y correr del campeón de 2017. Su equipo también profesa la 'norma Prades': siempre que el rival hace 25 o menos goles, el Guardés gana.

La fase defensiva es una parte muy importante para estar más tranquilas en la ofensiva. Yo pienso que 24 es el techo que te hace tener todas las posibilidades de ganar.

Entonces, la 'norma Seabra' es 24.

Eso es. De verdad que sí (se ríe). 

La diferencia con 2017 es el formato. ¿Qué le parece el campeón de Liga lo decida un play-off en lugar de 9 meses de competición?

La regularidad es algo que se debe premiar. Tiene todo el sentido. Los play-offs tienen la parte de la emoción, adrenalina, partidos más cerrados, finales. Esto crea entusiasmo en los aficionados. Pero puede penalizar a un equipo regular que llegue a esta fase y sufra lesiones o algún mal partido. Y no es justo que eso pase.

La regularidad es algo que se debe premiar; los play-offs dan emoción, pero pueden penalizar a un equipo regular y eso no es justo

¿Cómo trabaja a nivel psicológico para que el equipo no caiga en la relajación tras ganar tanto?

Nosotras no estamos pensando en lo que ya ganamos, sino lo siguiente por ganar. Hemos creado esa filosofía de ir partido a partido. Tenemos los pies en el suelo y sabemos que para nosotras es difícil cada vez que jugamos. Por eso somos conscientes de que hay que evitar la relajación sea contra quien sea. Hay que tener ambición y creer que se puede. Yo soy una persona muy positiva y trabajo para que ellas sientan que pueden competir contra cualquiera. La parte física, técnica y táctica es importante, pero la parte mental es fundamental para crecer un poquito cada día y tener madurez.

Me dirá que ganar el primer partido, ¿pero qué expectativa tiene para la Copa?

De verdad que es esa porque si no lo ganamos, de qué nos vale pensar en semifinales. Nos volvemos para casa y no pasa nada más. Claro que queremos pasar y, si llegamos a la final, increíble. Pero el partido está 50-50 porque Beti Onak está haciendo un buen trabajo.

Seabra posa en el set con la A de Atlántico, que también es la de Ana.
Seabra posa en el set con la A de Atlántico, que también es la de Ana. | Vicente Alonso

Ha tenido buenas ofertas para salir. ¿Por qué decide renovar?

Primero porque estoy a gusto en un club que cree en mí. Ya hace tres años que estoy en el Guardés y sé que la pasada no fue como yo quería. Pero lo acepté. Este año las cosas van bien, estoy satisfecha con las condiciones que me dieron y me quiero quedar.

Pensando en poder volver a Europa y en las tres o cuatro que se van, ¿cuántos fichajes precisa?

Queremos tener una plantilla más larga. Posiblemente, cubramos las cuatro que se van y dos más para hacer una plantilla de 16. Los tenemos encarrilados y seguramente en dos o tres semanas la tendremos cerrada.

“El año que viene queremos una plantilla de 16: cubriremos las que se vayan y dos más”

Hablando de Europa, ¿aún le duele la final de 2023?

¡Uf! Claro que sí. Fue una final muy rara. Sabíamos que teníamos que hacer un buen partido en casa y ganar con una diferencia larguita porque en Turquía ocurren cosas raras, que pasaron como pensábamos que podía pasar. Muy orgullosa de haber estado allí porque no todos tienen esa oportunidad, pero dejó un sabor agridulce.

Después de un hito así, ¿cómo fue para usted volver a ser segunda entrenadora?

Fue una decisión muy difícil. Me llevó un tiempo pensarlo porque hay quien decía que no debería haberme quedado y apostar por otras oportunidades. Pero después las cosas no fueron tan malas en cuanto a trabajo. Cristina (Cabeza) se quedó con el ataque y yo con la defensa. Me sentí útil porque tenía dos entrenamientos por semana para ello. 

¿Todavía echa de menos jugar?

Sí. El primer año lo llevé fatal y a mitad de temporada me sentía agobiada y quería volver porque todavía me sentía bien. Pero tenía que decidir entre ser entrenadora principal de una selección o seguir jugando, lo que implicaba competir contra mis jugadoras. Era un poco raro y sabía que tenía 36 años. Fue la decisión más difícil que tomé.

¿Cómo se prendó de este deporte?

Al principio, yo odiaba el balonmano. De verdad. Con 12 o 13 jugaba a fútbol, pero mi profesor de Educación Física me invitó. En el primer entrenamiento que fui, las cosas me iban saliendo bien porque era una niña fuerte y coordinada. Me puse a jugar a los dos deportes y ahí empezó el lío. Llegó un punto que llevaba la equipación del balonmano al fútbol y muchas veces no llegaba a tiempo a algún partido. Mi padre me dijo que tenía que escoger. Con 14 años entré a un programa de captación de talentos de la selección y ahí me ilusioné mucho y ya no paré.

Su carrera abrió caminos y hora es la única entrenadora de la Liga. ¿Qué tiene en su vida ganar espacios para las mujeres?

Mucha. Creo que todas las que hemos jugado hace muchos años, hemos inspirado a muchas mujeres a pensar que se puede. Jugar a balonmano, estudiar, tener una familia, trabajar... Se puede. Y somos válidas en el deporte. En Portugal es un poco diferente. Ahora se le da un poco más de importancia, pero siento que España valora más a la mujer en el deporte. Estamos tan cerca y te digo que la diferencia es grande. Sé que inspiro a muchas mujeres en Portugal que quieren ser entrenadoras y que no apuestan porque creen que esto es para hombres y no vamos a tener las oportunidades que tienen ellos. Eso lleva a pensar que hay que elegir entre la vida familiar o profesional y el deporte. Esto es así. Porque al llegar a la élite, las oportunidades casi siempre son para los hombres. 

"Trabajé mucho para la oportunidad que surgió y creo que la he aprovechado; estoy muy agradecida de estar en el Guardés"

Usted se trabajó la suya a este lado de la 'raia'.

Yo reconozco que arriesgué y tuve el coraje de venir. Y eso que venía de ser cuarta en Portugal, clasificadas para Europa, y estaba armando un equipo para pelear por el título. Pero cuando me dijeron de venir al Guardés como segunda, pensé que era una oportunidad para aprender, para crecer y para demostrar mi capacidad. Y así fue. Creo que trabajé mucho para la oportunidad que surgió y pienso que la he aprovechado. Estoy muy agradecida de poder estar aquí.

El año que viene ya serán cuatro aquí. ¿Qué significa el Guardés para usted?

Una oportunidad y una responsabilidad porque ha creído en mí. Para que confíen en nosotras, las mujeres tenemos que demostrar más que lo podemos hacer. El Guardés me ha dado esta confianza y sigue haciéndolo al pensar que el año que viene puedo ser la persona que lidere al equipo. Es una parte de mi vida que no voy a olvidar porque me han dado la ocasión de crecer. Ser mujer deportista y entrenadora no es fácil, pero pienso que en mi país sería muy difícil estar a este nivel que estoy en una liga más competitiva que la portuguesa. Así que estoy muy agradecida por vivir todo esto.

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