El papa alerta a los jóvenes en la JMJ de Lisboa 2023 sobre la violencia y la soledad
Francisco reúne a 800.000 fieles en un víacrucis para reflexionar sobre los problemas de la sociedad
El papa Francisco reunió ayer a más de 800.000 personas en el víacrucis celebrado en la JMJ de Lisboa tras un recorrido multitudinario en el papamóvil por las calles de la capital lusa en el que rompió de nuevo el protocolo para acercarse a los fieles y saborear un mate. Horas antes de la celebración, decenas de miles de fieles colapsaron el centro de Lisboa para llegar al parque Eduardo VII, rebautizado como “Colina del Encuentro”, en medio de un despliegue de seguridad que involucra a cientos de efectivos.
Los problemas de salud mental, la soledad o la violencia de género fueron algunos de los temas sobre los que reflexionaron los jóvenes de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Lisboa 2023, durante el Vía Crucis celebrado ayer en el Parque Eduardo VII y presidido por el Papa Francisco. Un total de 20 jóvenes de los cinco continentes que forman parte del International Youth Advisory Body, del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, creado tras el Sínodo de 2018, fueron los encargados de elegir 14 heridas o debilidades de la sociedad que afectan a los jóvenes de hoy, para meditar sobre ellas.
Entre estos problemas, destacó la violencia, desde la que se produce en la guerra, hasta la que se sufren las mujeres por parte de sus parejas. “Qué violencia Señor, viviste en un mundo violento, el mundo en que vivimos quizá no sea muy distinto: guerras, bombardeos, tiroteos masivos pero también violencia en los matrimonios y en las relaciones, maltrato infantil, acoso escolar, abusos de poder, familias en la que se lanzan palabras que son peores que las piedras”, ha manifestado un joven español.
También hizo referencia a la soledad, y se escuchó el testimonio de Ester, una joven española de 34 años, que contó las muchas dificultades a las que se ha tenido que enfrentar en su vida, desde una relación tóxica, hasta un accidente que la dejó en silla de ruedas. “Con más de 18 años vivía como casada sin estarlo, y tenía una relación muy dependiente que iba de mal en peor. Con 24 años, después de terminar de estudiar arquitectura, tuve un accidente que lesionó mi médula y empecé a vivir en una silla de ruedas. Aquello fue muy duro y borró mis planes de futuro, pero con el tiempo descubrí que fue un regalo. Me sacó del ambiente donde estaba metida, me cambió la mirada”, relató a través de un vídeo que se proyectó ante los miles de jóvenes presentes.
El papa continúa hoy su viaje a Portugal con una visita al santuario de Fátima y lo culminará el domingo con una misa en la que se espera más de un millón de fieles en las afueras de Lisboa.
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