El Loco que ama Vigo

El viernes pasó por Vigo y aunque no estuvo muy comunicativo durante la primera parte de su actuación, sí que se entregó a fondo en la segunda, quizá porque es así, porque necesitaba calentar o vaya usted a saber. El caso es que bajó hasta el público a cantar y una animadísima fan se le enganchó al cuello y no se soltaba. Loquillo dijo una cosa y apuntó otra. Lo primero, que es de Barcelona, pero aclaró que no busca desunir, sino al contrario, y que los "Barcelona, sumamos, no restamos". Mensaje entendido, directo y claro. Y lo segundo, que no explicó, es que en Vigo había dejado hace años su corazón. La explicación se encuentra en cuando era mozo hizo la mili en la antigua ETEA. Entonces llamaba la atención por su altura y sus botas y porque se pasaba las tardes en un pub desaparecido años ha de la calle Ecuador, el "Gwendal", donde se proyectaban vídeos musicales, incluidos algunos de él mismo. Pasó una larga y forzosa temporada en Vigo que al parecer le dejó huella impresa. Y creó escuela, con las primeras bandas de rock americano. En fin, cosas del pasado que vuelven y vuelven como el turrón por Navidad....

Y otro que volvió.

Fue muchas cosas: abogado, diputado, luego juez, luego alcalde, luego otra vez abogado, luego de nuevo juez y en los últimos años se ha convertido en promotor de al menos dos ONG, una de ellas especializada en la búsqueda de pozos en África. Ya saben que me refiero a Ventura Pérez Mariño, que ostenta la marca del regidor que menos tiempo pasó al frente de la ciudad, apenas seis meses en el loco 2003 donde Vigo marcó un récord casi imposible de batir: tres en un solo año, cada uno de un partido distinto. Santiago lleva tres en un mismo mandato, tampoco está mal, cierto. Pérez Mariño está retirado pero el viernes mitineó con ganas desde la Porta do Sol viguesa. Antes se abrazó con Abel Caballero -o más bien al contrario- en una relación que llama la atención porque en absoluto era tan fluida hace años, cuando el ahora alcalde estaba en el banquillo de suplentes a la espera de oportunidad. El tiempo, que todo lo arregla...