El harmol en el café mejora la calidad de vida en la vejez

Un estudio ha demostrado que mejora parámetros metabólicos asociados al envejecimiento

Agencias

Publicado: 08 ago 2023 - 14:28

El harmol es un compuesto presente en alimentos como el café.
El harmol es un compuesto presente en alimentos como el café.

El harmol, un compuesto presente en alimentos como el café, mejora parámetros metabólicos asociados con la calidad de vida durante el envejecimiento, según refleja un estudio en el que ha participado el Instituto de Investigación Sanitaria Incliva de València, liderado por el Instituto Imdea Alimentación.

El estudio, publicado recientemente en Nature Communications, concluye que el harmol, un compuesto de la familia de las betacarbolinas, conocidas por sus efectos neurológicos, y que está presente en muchos alimentos incluyendo los granos de café, carnes, pescados o cereales, así como en las hojas de tabaco, mejora la función del músculo esquelético.

A las dosis utilizadas en el estudio, el harmol no mostró ninguna toxicidad y muy escasos efectos sobre el sistema nervioso central, en concordancia con su escasa capacidad para cruzar la barrera hematoencefálica y, por tanto, alcanzar el cerebro, según informan este martes fuentes del Incliva.

Según el estudio, el tratamiento con harmol extendió significativamente la esperanza de vida en dos modelos de invertebrados; mejoró la tolerancia a la glucosa, la sensibilidad a la insulina y la acumulación de lípidos hepáticos en un modelo de prediabetes; y entre los cambios a nivel neuromuscular se observó una reducción muy significativa en la fragilidad en animales viejos.

Colapso energético

El envejecimiento muscular está asociado a un colapso energético que se explica por una alteración en la mitocondria, uno de los componentes celulares más relevantes, puesto que es el responsable de la producción de energía de las células.

La disfunción mitocondrial ocasiona la aparición y progresión del deterioro funcional asociado a la sarcopenia (pérdida de masa y potencia muscular que ocurre durante el envejecimiento) y al síndrome geriátrico de la fragilidad, que afecta a más del 33 % de la población mayor de 80 años.

La fragilidad se caracteriza por una capacidad reducida para responder a estreses menores que afecta a las actividades de la vida diaria y disminuye la autonomía de quienes la padecen, lo que se traduce en un mayor riesgo de discapacidad, hospitalización y muerte.

De esta forma, según fuentes del Incliva, un anciano frágil, frente a uno robusto, tiene más probabilidades de acabar siendo dependiente y se fatiga con más facilidad que una persona joven, entre otras cosas, porque sus mitocondrias dejan de ser funcionales, pierden la capacidad de producir energía.

La disfunción mitocondrial asociada a la edad puede modularse a través de diferentes intervenciones dirigidas a mantener las mitocondrias en buenas condiciones y el harmol activa en las células unas vías de señalización que, en última instancia, son capaces de mejorar las mitocondrias y parámetros metabólicos asociados con la calidad de vida durante el envejecimiento.

Según investigadores de Imdea Alimentación, “es un mecanismo muy parecido al que activan la restricción calórica o el ejercicio: hacen trabajar a la mitocondria de una manera controlada, y eso las hace más fuertes”, indica en un comunicado el investigador Luis Filipe Costa-Machado, primer autor del artículo.

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