Beatriz Manjón: "Me apetece cerrar la etapa de escritora con 'No me salves', no es pose"
Es un poco cara de alegría y un poco cara de tonta porque creo que la felicidad nos hace bastantes tontorrones
La escritora y periodista Bea Manjón (Ferrol, 1976) anuncia en su cuenta de X (antes Twitter) que si la gente se acerca a la librería Follas Novas de Santiago el miércoles, día 15, a las 19 horas se le va “a poner esta cara de alegría” con la que sale en la foto. No cambia ni coma al escuchar en otra voz la plegaria del escritor ante la presentación de “No me salves”, su tercera y última novela, aunque añade un matiz: “Es un poco cara de alegría y un poco cara de tonta porque creo que la felicidad nos hace bastantes tontorrones. Desde luego que se me va a poner mucha cara de alegría aunque vayan cuatro gatos, me encantan los gatos”.
¿También puede ser el principio de la pena para muchos lectores por ser su última novela o ha cambiado de idea?
(Se ríe) No he cambiado de idea. Decía José Luis Sampedro que el novelista tiene algo de exhibicionista, algo de masoquista y algo de torturador. Yo lo que intento es torturar cuanto menos a la gente.
Dulce tortura.
Se lo agradezco, pero ahí puede haber un poco de masoquismo también (vuelve a reír).
Entiendo la humildad, pero en cierta manera es como pasar las páginas finales de un libro que atrapa. ¿Necesita parar o una carantoña para retomar con más ganas?
Mi intención es no volver a escribir ningún libro, no es pose. No tengo en mi pensamiento esos toreros que se retiraban, se cortaban la coleta y se la volvían a dejar crecer. Que con el tiempo, la vida o de repente tenga una revelación y un día escriba un libro, pues no lo sé, no lo puedo asegurar. Mi intención es no volver a hacerlo. He escrito la historia que quería contar, que tenía en mi cabeza desde hacía muchísimo tiempo y me apetece cerrar con esa historia.
En “Héroes de polvo” los protagonistas eran un camello y una periodista del corazón; en “Una vez fui bella” abordó la carga de estar siempre estupenda, ¿qué nos vamos a encontrar ahora?
“No me salves” es la lucha de un antihéroe. Es un enfermo de trastorno límite de la personalidad (TLP) que es tiroteado en el centro de Madrid y en el suelo, mientras se desangra, rememora una afanada lucha contra sí mismo. El resto lo tendrá que descubrir el lector. No quiero destripar porque a mí me gusta escribir las novelas como si fueran un puzzle, no sé si tendré algún complejo por no haber hecho demasiados en mi vida pero me gusta ir poquito a poco. Salió una crítica que recomendaba leer al principio la nota de la autora y no, a mí me gustaría que se leyera al final.
¿Es el libro que más le ha costado por la temática?
Sí, me toca muy de cerca. Por eso he querido distanciarme con el humor. Al final uno tiene que escribir como mira un cuadro, distanciándose, pero he convivido con el trastorno de la personalidad desde que era muy jovencita. Me parece que en una época en la que se nos bombardea con la necesidad de ser felices está bien hablar de las tristezas; en una época en la que el victimista es el nuevo héroe, está bien darle voz a las verdaderas víctimas, a los problemas reales, no a los inventados. Todos estamos un poco trastornados. Decía Pessoa que la locura es algo normal, que la persona que no está loca es una bestia sana, un cadáver aplazado. Es bueno sentir locura por la familia, por la vida, pero el TLP es poco conocido, afecta al 2% de la población y ha tocado en mi familia.
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