Opinión

Por fin es viernes

Es viernes, y lo sabes. Con una sonrisa socarrona y aire de autosuficiencia le dice Pedro Sánchez a la cámara de televisión, para que le llegue el mensaje especialmente a Pablo Casado y Albert Rivera, que ponen morros de berrinche porque no pueden evitar los viernes sociales del Presidente.
Conste que el Partido Popular ha solicitado a la Junta Electoral Central que, durante el proceso electoral para los comicios del 28 de abril, se suspendan las ruedas de prensa posteriores al Consejo de Ministros que incluyan medidas electoralistas, entre las que entiende se encuentran los anuncios y las presentaciones tipo “power point” de las disposiciones aprobadas por Real Decreto-Ley.
Subsidios, bonificaciones a la contratación, permiso de paternidad o medidas contra la pobreza infantil son las “abominaciones” que la centro derecha, la derecha o la derecha a la derecha de la derecha quieren, al menos, silenciar. Que a cambiarlas o derogarlas ya tendrán tiempo, si es el caso. Lo importante ahora es que no calen en la opinión pública votante como ejemplo de buen gobierno ni sirvan para inclinar la balanza hacia un nuevo ejecutivo socialista o de izquierdas.
Es triste que cuando todo el país está celebrando que por fin es viernes, Casado y Rivera estén afligidos por culpa del acto egoísta y partidista de Sánchez, que se va a tomar el vermut con limón mientras los líderes popular y naranja se quejan amargamente de la manipulación electoralista nunca vista hasta el momento, empezando de bajón el fin de semana. Como si quedaran tan lejos ruedas de prensa o anuncios triunfalistas de otros gobiernos anteriores, en la misma línea que la comentada y que habrán influido o no en el voto de los españoles. 
Pero que no se preocupe nadie que, con rueda de prensa o sin ella, con este o aquel contenido –los analistas lo sabrán seguro- el mensaje calará o no, en un sentido o en otro o tal vez en ninguno. Es decir, que entenderemos las actitudes de cada partido como queramos y elegiremos a quien nos dé la gana, convencidos o sin convicción. Puede ser que la estrategia de propaganda redunde en réditos para el PSOE o que –al contrario- se haga luego realidad lo que el refrán dice: “quien ríe en viernes, llora el domingo”.

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