Opinión

El tiempo, todo locura

El presidente del Gobierno, recién aprobada la segunda prórroga del estado de alarma, da por hecho que tendrá que solicitar una tercera y deja entrever sin disimulo que también las sucesivas que considere hagan falta. El Ejecutivo solo nos pide tiempo, porque el tiempo todo lo cura y en esta crisis sanitaria global parece ser el único remedio eficaz mientras la siempre maltratada y minusvalorada ciencia no consiga una solución terapéutica.

Entretanto, los ciudadanos tenemos que continuar haciendo lo más fácil –dicen- que es quedarnos en casa y lavarnos las manos. ¿Y cuándo dejaremos de lavarnos las manos y nos podremos duchar?, pregunta uno de los millones de vídeos graciosillos de internet que cada vez van teniendo menos gracia. El tiempo pasa y hasta WhatsApp ha bajado el ritmo de memes por minuto, permitiendo que miles y miles de españoles dormitemos y nos dejemos mecer en brazos de las horas muertas, lejos y a salvo del sinnúmero de semi-deportistas telemáticos ociosos e hipermotivados que pululan por las redes.

La crítica a  Sánchez y a los miembros de su Gabinete que dan la cara con más pena que gloria es fácil pero amarga. Cuando con 605 muertos diarios no se ha alcanzado todavía la desescalada en la lucha contra el virus, el apoyo del arco político parlamentario -si no incondicional- es necesario, posponiendo el tiempo de un reproche que sin duda llegará hasta la impiedad de la mano de algunos líderes iluminados.

“Un día más, un día menos”, se puede leer como lema en las ruedas de prensa del Palacio de la Moncloa, en clara y simple alusión de nuevo al tiempo como mejor aliado en esta lucha sin cuartel contra el Coronavirus. El tiempo, todo lo cura. Tenemos los relojes, pero no tenemos el tiempo, que nos tortura ahora transcurriendo lentamente y sin que podamos llenarlo ni apurarlo por muchas actividades y rutinas que nos inventemos. En casa, cada loco con su tema, pasando el tiempo, todo locura.

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