Fermín Bocos
Zapatero, cada vez más sombras
Qué difícil se lo ponen a Gómez Besteiro, el secretario del PSdeG, ayer en Vigo en el clásico de mayo en protesta en su caso quién sabe contra quién, obligado a defender las políticas de Doc PS en Galicia, como su delegado, y a seguir la música que sale de la batuta de Ana Pontón, como un aliado menor. Digamos que la suma resulta letal para sus intereses y convierte su misión opositora en doblemente imposible. Solo su tono es diferente (se pudo constatar en el debate del Estado de la Autonomía), algo de agradecer en medio de broncas populistas insoportables, la última sobre el incremento del gasto en defensa. Pero siendo interesante, resulta insuficiente para colocarse como alternativa y el PPdeG lo sabe. Y también que así puede mantenerse con relativa facilidad al frente de la Xunta durante años, esquivando las minas que le vayan llegando, una clásica, la sanidad pública, otra nueva, Altri, ambas con BNG de voz solista y el PSdeG haciendo los coros.
Aunque mucho más dura, el PPdeG prefiere al BNG al frente de la oposición en Galicia. Ya fue la técnica de Fraga, convertir al BNG de Beiras en su contrincante, reduciendo el papel del PSdeG, una estrategia que tuvo éxito. Solo cuando el PSdeG se rearmó pudo conseguir darle la vuelta a las elecciones y, aunque por los pelos (gracias a que el voto emigrante no cambió las cosas, algún día pasará), hacerse con la Presidencia del Gobierno gallego con el BNG de socio menor y no al revés.
Mientras Besteiro se consolida en su misión imposible, Ana Pontón ya avanza por el mismo camino de Beiras, la trampa de convertirse en opositora permanente: ya lleva 21 años de diputada en el Parlamento gallego y los últimos nueve como portavoz del BNG. Toda una carrera tan cerca y tan lejos del poder.
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