De vacas en la Mareta

Hay que ver qué injusta es la gente con Sánchez. Hasta le critican que se vaya de vacaciones a la Mareta. Como si no tuviera derecho a un descanso igual que Feijóo, el rey y tantos otros profesionales de lo público. Si a Urtuzar se le ha visto por Lugo, quien sabe si Pedro el hechicero no aparece haciendo running por la muralla. O buscando al emérito desesperadamente en Sanxenxo para instarle a que se quede en Abu Dabi. O explorando un lugar en los cañones del Sil orensanos para esconder al Fiscal del Estado, al comisionado falsario de la dana y demás pufos que le rodean. O encerrando a Paco Vázquez en la coruñesa Torre de Hércules para que deje de criticar al escapista del plagio.

El pueblo soberano no entiende a su líder porque no le vota mayoritariamente, y tampoco porque no le concede un merecido descanso estival, pobrecillo, siempre pringando en la fontanería de la resistencia a dimitir porque vaya si hay motivos para ello. Pedro el maltratado tiene derecho al Falcon, a La Mareta y a poner los pies sobre la mesa como Aznar, que para eso se ha convertido en todo lo que detesta. Pedro el resiliente, el de ande yo caliente y ríase la gente, el del poder a toda costa, es el presidente con menos escrúpulos de la democracia y con más faltas que los dictados de un parvulario de enchufados.

Han hecho bien en llevarle a Pedro Induráin una bici de Madrid a la Mareta, que siempre será mejor que monte en la suya, aunque lo paguemos a escote entre todos. Pedro el monarca se está acostumbrando a los palacios. Pero ¿a quién no le gusta lo bueno?, si todos aquellos emergentes nacidos para liberar al pueblo oprimido del fascismo de la democracia tardaron nada en convertirse en casta, en seguir vivos embriagados de poder, en convertirse en sospechosos habituales de la presunta corrupción tras negar inicialmente la mayor.

Desde este rincón pido al pueblo soberano que deje tranquilo a Sánchez, que no moleste cuando vaya Zapatero a verle para conspirar contra Feijóo, la Corona, los jueces y los medios críticos, que ese pelotón de fusilamiento creado en Moncloa contra la prensa crítica que no le baila el agua firme sus sentencias de censura franquistas con nombre y apellidos, que todo esté a gusto de Begoña, desde la decoración interior a las cátedras canarias que puedan surgir, y que los conciertos de David llenen de armonía clásica las estancias de la Mareta y los corazones de los españoles.

Dejad que Pedro el indestructible tenga sus merecidas vacaciones en paz, y pueda salir a la calle sin abucheos, que cuando deje de ser presidente ya no podrá disfrutar de estancias palaciegas, y tendrá que irse de asueto a República Dominicana, Venezuela o Waterloo, donde se escapan los prófugos del golpismo amnistiado. Para entonces podrá visitar a Cerdán en Soto del Real sin coche oficial ni helicóptero, como mucho en un Peugeot sin la cuadrilla, transitando por esa carretera madrileña de Colmenar mas conocida por la cárcel que por el pavimento en buen estado. De vacas en la Mareta. Blindado con decenas de agentes, buzos y hasta un perímetro de cerca de un kilómetro de miedo. Si, ¿y qué pasa? ¿acaso no se lo merece? Pues eso.