José Teo Andrés
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Mi experiencia personal me dice que tener altura de miras, comprometerse con algo más allá de uno mismo y una filosofía de vida basada en la dignidad, la resiliencia y la esperanza (conceptos estrechamente interconectados), te mantienen en la lucha por la vida y te motivan en la búsqueda de un mundo nuevo, en el que reine la paz, más justo y solidario, más saludable y sostenible, mejor legado para venideras generaciones.
La búsqueda de un proyecto de vida es un viaje de realización personal que debemos descubrir por nosotros mismos y que nos ayuda a encontrar el rumbo adecuado para darle significado a nuestra existencia. En cada momento de nuestra vida tenemos que elegir cómo responder a las circunstancias a las que nos enfrentamos, lo cual implica desarrollar ciertas habilidades para saber afrontar cualquier dificultad; y darle sentido al sufrimiento cuando nos llega nos permite afrontar todo tipo de situaciones y sobrevivir con mayor entereza en escenarios adversos, lo que supone una oportunidad para el crecimiento personal.
El bienestar personal no depende de acumular logros ni riqueza sino de encontrar el equilibrio necesario entre lo que somos, lo que hacemos y lo que trasciende a los demás. Fortaleza, valentía, firmeza y determinación nos permiten afrontar las dificultades que se presentan en el camino. Tener fe en algo que nos trasciende nos da perspectiva y nos ayuda a relativizar los problemas y a encontrar la serenidad en escenarios de incertidumbre. La vida no es perfecta, hay que cultivar la gratitud para forjar la resiliencia, factor determinante para la supervivencia. Es preciso cultivar la amistad desinteresada mediante hábitos y crear vínculos. Las relaciones familiares sólidas contribuyen al bienestar, la familia se convierte en refugio emocional; la armonía con uno mismo y el entorno nos ayuda a alcanzar la felicidad plena y duradera.
La felicidad no se mide por lo que tienes sino por quien está contigo cuando no tienes nada. La amistad es un valor que no tiene precio, tener un amigo que no puedes utilizarlo para un fin concreto es un tesoro, está a tu lado por ser como eres, sin importarle tu condición. La amistad auténtica es uno de los principales predictores de felicidad duradera. Ser consciente de que tu talento, tu trabajo y tu tiempo están al servicio de una buena causa que impacta positivamente en la sociedad, y sentir que tu esfuerzo es reconocido, se convierte en una fuente de satisfacción personal. La felicidad se cultiva como un jardín, en el que no pueden faltar los amigos que no te aportan nada útil, salvo todo lo que importa. Mientras cada uno busque acumular riquezas para sí mismo, nunca se alcanzará la justicia social e igual dignidad para todos. Las obras que dejas en el camino es lo único que trasciende, representan lo que eres, todo lo demás es efímero, la mortaja no tiene bolsillos.
(*) Científico, académico, escritor y humanista.
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