La reflexión necesaria

Publicado: 16 jun 2023 - 03:55

La necesidad que urge al PP, quien obligado por el resultado de las urnas, necesita pactar con Vox en un amplio paquete de territorios, tiene a Núñez Feijoo de los nervios y no es para menos. El líder conservador necesita trasmitir un aire de liberalidad a su electorado que no esté reñido con el rigor y el sentido común, un proceder que demanda la práctica de un equilibrio muy difícil sobre todo si, como parece imposible de eludir, hay que acudir a acuerdos con la fuerza asentada a su derecha que no acaban de ser bien vistos por nadie. Ni por los votantes, ni por una buena parte de la militancia, y ni siquiera por personajes ascendentes del propio partido. Núñez, que es un parlamentario discreto, pero un buen gestor y un tipo listo, es el primero en comprender que esa necesidad de establecer acuerdos con Vox le va a producir gobierno municipales y territoriales pero le va a pasar factura en el porvenir, porque incorporar al conjunto de fuerzas afines aquellas que habitan en los extremos es mala medicina y demanda un doloroso peaje y si no, que se lo pregunten a Sánchez. El presidente pasó de no dormir por las noches pensando en compartir poder con el líder de Podemos a hacerlo vicepresidente y quedarse hipotecado a sus designios. La triste realidad para el actual jefe de Gobierno es que el cataclismo de las municipales no le ha sobrevenido por la política económica cuyos resultados son en verdad muy cuestionables – y de cuyas bondades saca pecho y pasea como un trofeo a Nadia Calviño que ni va a presentarse a las próximas elecciones y que ni siquiera es del partido- sino por la sinrazón de sus pactos y el pelaje de los socios con los que ha compartido gobierno o de los que se ha valido para mantener su exigua, titubeante y coyuntural mayoría. A estas horas, Belarra es un juguete cómico y Montero una apestada, pero Sánchez sabe que su cercanía, como la de los socios de Bildu y el independentismo catalán, le han costado la ruina.

Esa misma reflexión se hace a estas horas el dirigente gallego, calculando el peaje que habrá de pagar por su alianza con Vox y lo que esta unión indeseable le va a representar en el futuro. Ganará las elecciones pero no alcanzará mayoría absoluta –o eso predican las encuestas que se están generalizando estos días- y se verá obligado a un pacto que le va a producir muchos disgustos.

El cambio de tendencia es irremediable. Ahora lo que se medita y se discute es por dónde va a discurrir. Esa es la incógnita que necesita ser despejada.

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