Sobre tiene plural

Publicado: 08 oct 2025 - 02:59

Los sobres se han prestado siempre a ser refugio de secretos. Fueron custodio de palabras en cartas de amor o desamor, de lágrimas retenidas en la emigración y de besos apretados con rojo carmín que informaba de pensamientos íntimos y salvadores de las emociones. Ahora son los sobres noticia otoñal porque les toca hacer de cerditos de hucha, cofres que aprietan billetes que se apilan con palabras invisibles esperando ser descubiertos por ojos autorizados que les asignen la etiqueta correspondiente.

En un mundo donde el dinero es el rey, los cerditos de hucha han caído en la pocilga. Con sus sonrisas inocentes y sus cuerpos rechonchos hoy no son inofensivos y han pasado a vehículos perfectos para transportar dinero en el mundo de algunos políticos. La transformación de cerditos a sobres que caminan como prueba hacia los tribunales hacen toda una travesía. Como barcos de papel en aguas turbulentas han desplegado velas por los servicios cumplidos y por las confesiones más profundas dejando en algún lugar el rastro de sus orígenes. La tinta del pasado late y también suspira por un lugar seguro donde las palabras puedan fluir sin miedo a ser juzgadas. Donde hay palabra escrita ya se define ella misma y donde hay dinero la expresión es abstracta y se encarga de sugerir haciendo pensar.

Además de guardar secretos hoy los sobres están más valorados por lo que revelan y al abrirlos hablan sin palabras y se desbordan de su cauce. Las emociones se desatan, los sentimientos se expresan y los pensamientos se comparten. El sobre se convierte en un puente entre dos almas, un vínculo que une más que la copa de vino recomendada y que ahora la OMS insiste en que es cancerígena.

Estamos en la era digital y el sobre puede parecer anticuado, pero su valor en peso se ha convertido en insuperable. Un sobre cerrado con cara de logo que le da identidad es un objeto de colección que se puede tocar, sentir y oler. Cotiza al alza como recordatorio de que las palabras pueden ser físicas y que las emociones pueden ser palpables y contener gratitud. Lo que importa es el sentimiento que se esconde detrás de las palabras, el amor que se expresa en cada frase, la emoción que se desborda en cada letra escrita.

Las cartas es algo en extinción. Ni las mandamos ni las recibimos porque a la mayoría de los ciudadanos lo que le llega de material de correos no es entre particulares y la correspondencia queda limitada principalmente a empresas y notificaciones administrativas, y lo vemos y experimentamos; pero también lo acredita el sector postal de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).

A lo largo de la Historia los sobres y el papel han sido elementos fundamentales en la comunicación. Desde la invención del papel en la antigua China hasta la actualidad, el papel y los sobres han evolucionado para adaptarse a las necesidades de cada época. Y las de hoy son la lotería ganada en una Navidad sin sorteo. No sabemos si puntúa doble utilizar una opción ecológica para empresas y particulares que desean reducir impacto ambiental y requieren una presentación más sostenible; pero deberían haberlo puesto en valor desde las noticias. Así que cuando escribas una carta, no te preocupes por la gramática o la ortografía. No te preocupes por la perfección. Porque en el sobre, lo que importa no es la forma, sino el fondo. Y en el fondo hay justificantes, y sino espera al siguiente para entenderlo mejor.

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