Las obscenidades de María Jesús Montero y los Pactos de la Moncloa

Publicado: 02 nov 2022 - 05:18

En política uno puede escuchar de todo; pero de un tiempo a esta parte, se dicen verdaderas obscenidades. La última ha salido de la ministra del PSOE María Jesús Montero que, sin recato alguno, ha llegado a comparar los pactos de Sánchez con ERC y Bildu con los “Pactos de la Moncloa”, afirmando que aquella esencial pieza de la historia, la estabilidad del país y la transición es lo mismo, que los pactos de su partido con Esquerra Republicana de Cataluña y Bildu. Pero aparte de la barbaridad que supone, hay un elemento más que enmarcar tal desatino. Y es que en doctor Sánchez advirtiera una y otra vez que nunca pactaría con los independentistas para arribar a la Moncloa y que la entente con Bildu era una línea roja infranqueable. Y no es que a estas alturas sorprenda el cinismo del personaje, es que se atreven a ir más lejos, enfangando la historia democrática de este país, al precio que sea, para seguir en la Moncloa.

Y como si realmente creyeran que el conjunto de los españoles somos una “masa de bóvidos”, que dijera Ortega, sueltan afirmaciones tales como las reciente aseveraciones de Sánchez, comparando la Cataluña del 2017 con la actual que, gracias a él, está mucho mejor que entonces. ¿En qué, salvo la impunidad de los sediciosos, que el calificara de “rebeldes”? ¿Acaso han renunciado a sus objetivos de ruptura con el Estado y la independencia? ¿Han dejado de exigir el referéndum y la amnistía tal? ¿Ya no abren embajadas? Sí que está mejor en cuanto a que se siguen haciendo cesiones y enviando dinero y se promete la rebaja del delito de sedición, como le exigen, dentro de las contraprestaciones por su apoyo. Hace unos días, uno de los turiferarios del Gobierno afirmaba que el país tiene como nunca tuvo una mayoría parlamentaria sólida, estable y duradera, capaz de garantizar la continuidad del Gobierno sin que la oposición pueda provocar nuevas disfunciones. Y mientras Sánchez apoya su Gobierno en los que quieren salirse del Estado que malamente sostiene, es incapaz de tratar de entenderse lealmente, sin jugarretas, con los partidos constitucionalistas, como acabamos de ver con el asunto de la rebaja del delito de sedición que ha venido a perturbar un pacto necesario para la renovación del Consejo General del Poder Judicial que dábamos por hecho. ¿Y ahora qué?

Es necesario, imprescindible poner fin a esta situación de interinidad en el órgano de Gobierno de los jueces. Y por ser un asunto esencial, de Estado, parece lógico que se subordinen a ese acuerdo otros acuerdos y deudas de Sánchez, y no precisamente con quienes salirse de ese Estado, tan precariamente sostenido. Unos y otros tienen que ceder. Hay que renovar el Consejo, incluso con la discrepancia inevitable de habrá que volver sobre la cuestión esencial del modelo más adecuado y compatible para que el en futuro la renovación sea un mecanismo estable y equilibrado, entre las competencias del Congreso y el corporativismo de los jueces. Haber metido por medio la reforma del delito de sedición no parece haber sido una buena ocurrencia.

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