Musk lo ha vuelto a hacer

Publicado: 13 dic 2024 - 22:43 Actualizado: 13 dic 2024 - 22:44

El tipo más rico -y más loco- del mundo acaba de lanzar Grok, la plataforma de inteligencia artificial de Twitter y es tremendamente intuitiva, fácil de utilizar, y no se rige por las normas de lo políticamente correcto ni se arrodilla ante el buenismo “woke” como sus competidores. El resultado son conversaciones ágiles y certeras, respuestas menos encorsetadas, imágenes de un realismo asombroso, y un “modo divertido” con el que puedes reirte un buen rato.

Así, Twitter se ha llenado en las últimas horas de retratos hiperrealistas de Hitler charlando con Ancelotti en un búnker, de fotografías de Lamin Yamal atracando a una señora con un machete, o imágenes de Pedro Sánchez tratando de arrancar a Franco de una nube. También hay una imagen de Hitler entregando una Champions al Atlético de Madrid, un Fidel Castro en llamas, la ministra de Trabajo ataviada de McDonalds y sacando la lengua a un cliente, Javier Milei encerrando a una rata comunista en una jaula, Mao, Bin Laden y Stalin brindando sus copas, Messi y Cristiano jugando en el mismo equipo, Biden tritutando documentos en su despacho, el extrenador del Barcelona Xavi podando un césped crecidísimo, Maduro y Diosdado entre rejas y vestidos de presos, o Cavajal vestido de torero.

Por supuesto, tiene límites, pero parte de la premisa de evitar la censura en sus ejecuciones, y el sesgo ideológico en la respuesta a las preguntas; muy lejos de su competidor ChatGPT que causó escándalo en su estreno por la interpretación obsesivamente woke y buenista de cualquier punto que la dictadura progresista posmoderna considere conflictivo, incluyendo el humor, que la IA de Openai se hizo famosa por negarse a contar chistes que impliquen un montón de estereotipos, destruyendo de una tacada el 90% del universo del humor.

Musk prefiere reírse un poco de todo y hay quien ya se está rasgando las vestiduras por las ilustraciones políticamente incorrectas que Grok sirve a los usuarios sin el menor reparo. La IA es un sistema de aprendizaje colectivo y eso hace que controlar su sesgo sea casi imposible, a fin de cuentas, si todas las respuestas son relativas, su aplicación sería insulsa e inservible, porque el que acude a consultar con estos robots a menudo busca certezas.

En el inicio del proyecto, Musk denunció el error que los demás habían cometido. “Muchas de las IA que se están entrenando en el área de la Bahía de San Francisco adoptan la filosofía de las personas que las rodean”, dijo, señalando específicamente a ChatGPT y Google como infectadas por el “virus woke”. Entre la apuesta por la libertad y el humor de Musk, y la carallada políticamente correcta, cuando no abiertamente zurda, de sus competidores, prefiero mil veces a Grok. Al menos no tiene un plan preestablecido de lo que se debe o no se debe pensar. No necesitamos que una máquina nos enseñe a pensar. La idea era que nosotros le enseñáramos a ella.

Contenido patrocinado

stats