Opinión

Rompamos una lanza en beneficio de la duda

Un siniestro lamentable ha tenido lugar en el canal de la bocana sur de la ria de Vigo entre un pesquero que salía de la ría, el “Mar de Marín” y un mercante que entraba, el “Baltic Breeze”. Las primeras impresiones, proclamadas a bombo y platillo, dan como claro culpable al patrón del pesquero al haber llevado a cabo una maniobra sin sentido, pero… veamos.
Con la prudencia que estos casos requieren, a la luz de la poca información de que disponemos, con el respeto que merecen las victimas, sin pretender dar nada por sentado, desde la posición de un marino retirado a quien apasiona el mundo de la mar y centrándonos en los croquis de posición que la prensa facilita, hagamos una serie de consideraciones.
Supongamos que la situación se hubiera producido en alta mar y que vivimos la maniobra desde el pesquero. Un buque enorme se nos acerca por la amura de babor (la parte delantera izquierda del barco) en rumbo de colisión. Claramente observamos su luz verde de estribor mientras él nos observa la roja nuestra de babor. En esas condiciones y a distancia suficiente como para poder maniobrar, ha de ser el mercante quien maniobre cayendo a estribor (girando a la derecha), poniéndose paralelo a nosotros y en rumbos opuestos. Si la situación permanece en rumbo de colisión y sin haber maniobrado el mercante, ya a una distancia de difícil maniobra para él, hemos de ser nosotros quienes maniobremos, no porque nos corresponda, sino porque a esas pequeñas distancias los buques grandes no pueden maniobrar de forma efectiva para evitar un abordaje. La maniobra “correcta” por nuestra parte consiste en caer a estribor. Si hacemos eso mientras el mercante sigue su rumbo y la situación es de riesgo inminente, es muy posible que el mercante acabe abordándonos por popa, por lo que en esas circunstancias, de inminencia, es mas aconsejable la maniobra de riesgo de virar a babor, e intentar ponernos en paralelo al mercante a rumbos opuestos, salvando el abordaje aunque pasando muy cerca ambos buques. Así las cosas, el patrón del pesquero hubiera evitado el abordaje, el mercante sería el culpable y en el cruce entre ambos barcos acabaría siendo la protagonista del dialogo la madre del capítan del Brisa del Báltico, a quien le sería asignada la profesión mas antigua del mundo.
Todos sabemos que el mar no tiene carreteras marcadas, pero en determinados lugares de mucho tráfico marítimo, como en Finisterre o en el estrecho de Gibraltar, o a las entradas de muchos puertos como el de Vigo, en las cartas náuticas si existen canales de entrada y salida y en Vigo concretamente dos, uno al norte y otro al sur, en este caso entre Monte Ferro y la Boeira, un islote al sur de las Cies. Este canal concretamente tiene dos pequeños inconvenientes que de noche se magnifican, uno de ellos es su estrechez y otro que a la altura de Monte Ferro tiene un quiebro. Al parecer el abordaje se produjo, mas o menos, a la altura del quiebro (una curva), punto en el que ambos barcos han de maniobrar.
Para ponernos en situación, supongamos que en una carretera conducimos un turismo y que se acerca una curva a la izquierda por donde vemos venir un camión enorme que parece venir hacia nosotros. Generalmente no nos alarmamos pues cada uno seguirá por su lado de carretera, aunque a veces si esta es estrecha parece como si el camión nos fuera a llevar por delante. Esta parece haber sido la situación de entrada.
Por lo escuchado hasta ahora, el mercante defiende que su trayectoria era la correcta, pues antes del quiebro seguía su rumbo y algo antes del quiebro habría virado. El patrón del pesquero, sin embargo, al parecer sostenía que el mercante había abandonado su canal de entrada y se había metido en el de salida sin virar a tiempo, estando los buques muy próximos. Si ello fuese así, la maniobra descrita para el pesquero de haber ocurrido en alta mar, hubiera salvado la situación, pero si finalmente el mercante viró a estribor, con esa maniobra, la proa del mercante acabaría encontrándose con el través del pesquero, como al parecer sucedió.
Considerando que actualmente el instrumental de a bordo suele disponer de GPS-Ploter, donde se marcan claramente los canales de entrada y salida, así como la posición del barco propio, que a su vez el radar nos marca la posición del otro barco y que es posible superponer GPS y radar de manera que podamos observar la posición de ambos barcos y los canales al tiempo, surgen así muchos interrogantes antes de condenar apresuradamente al patrón del mar de Marín. ¿Iba correctamente el mercante en todo momento?, ¿Viró a tiempo?, ¿Era fiable la información de Salvamento Marítimo?, ¿Hubo dialogo entre ambas embarcaciones?, ¿Llevaba el patrón del pesquero conectados GPS y radar para disponer de correcta información de ambos barcos?, ¿En qué se basaba el patrón del pesquero para asegurar que el mercante había invadido su canal?, etc. Antes de condenarlos, demos a los nuestros, expertos navegantes y conocedores de la zona, al menos, el beneficio de la duda. 

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