Opinión

Primeros pasos hacia un horizonte de luz

Se acercan unas nuevas elecciones, concretamente las europeas. 
Hasta ahora, el alternante bipartidismo, con nacionalistas como bisagra cargándose nuestra unidad, solidaridad y soberanía, y comunistas con resentimiento de memoria histórica parcial en ristre, han protagonizado la vida política del país. Desde el advenimiento de la teórica democracia, la vida política española, que partía de una ilusión y una esperanza desbordante, se ha ido marchitando, empobreciendo y finalmente pudriéndose en la más absoluta mediocridad, en un martilleo diario de corruptelas, procesos penales, proliferación de inútiles y ausencia absoluta de ideas.
Lo que fueron la derecha y la izquierda, con sus claros y diferenciados mensajes, hoy se distingue fundamentalmente en las distintas formas de trincar para financiar esas máquinas anti democráticas a las que siguen llamando partidos políticos, auténticas mafias asentadas con la única misión de colocar a los suyos, chulear al ciudadano y ejercer dictatorialmente el poder, sindicato del langostino aparte, sin que ese paciente ciudadano tenga absolutamente nada que decir.
En los actuales PP y PSOE, no existe, ni ha existido nunca, la mas mínima democracia interna. En los últimos años se han ido cargando a todos los históricos que aportaban ideas y experiencia, se escapa, como de la peste, de la afiliación de nuevos militantes con ideas, con empuje y con ganas de cambio, la gente que entra se somete a las oligarquías esperando ocupar un puestín para no acabar en el paro y, desde la mamandurria, poder ir escalando con mayor o menor rapidez en función de la capacidad de servilismo del sujeto y de lo burro que pueda ser a la hora de descalificar al contrario, como único mensaje del partido. El desconocimiento no solo de casi cualquier materia, sino incluso de las instituciones y de los principios políticos del Estado es alarmante. El ciudadano pensante, con criterio propio y conciencia ciudadana, esta ya hasta el gorro de esta tropa. El principal problema es que tal ciudadano, en España todavía es una preocupante minoría, pues el voto necio sigue protagonizando cualquier consulta en las urnas.
De todas formas, la esperanza no está del todo perdida, pues a la descomposición de PP y PSOE, con sus antiguas figuras despotricando contra la deriva de sus partidos, no solo sus principales líderes como Aznar o Felipe González, sino con defenestrados de valía como Paco Vázquez, Julio Anguita, Joaquín Leguina o Vidal Cuadras, se añaden o surgen nuevos y jóvenes partidos, como Vox, desencantados del PP con Ortega Lara al frente, Ignacio Camuñas, Santiago Abascal, Vidal Cuadras, etc., la UPyD, desencantados del PSOE con Rosa Diaz, Fernando Sabater, Albert Boadella, etc., “Podemos” de Pablo Iglesias y Juan Carlos Monedero, hijos del 15-M, desencantados de IU y de todo, y ya mas en el centro y desencantados de la mala utilización del sistema, “Ciudadanos” de Albert Rivera, con Antonio Asunción, Javier Nart, Arcadi Espada, Alfonso Rojo, Isabel San Sebastián, etc.
Ideas como la democracia directa, practicada en Suiza, o en el estado americano de California, entre otros, donde grupos significativos de ciudadanos pueden presentar iniciativas legislativas o refrendums vinculantes a votación, empiezan a tener calado entre nuestros reformadores: devolver el poder al pueblo, en definitiva, la democracia.  
Se acercan las europeas y de momento, tanto populares como socialistas seguirán acaparando mayorías, pero no estaría de más tomar nota de cómo avanzan formaciones como las citadas, sin apoyos económicos, ni institucionales, pero acaparando toda la voluntad de cambio de las mentes mas o menos pensantes de nuestra España, que se niega a morir de apatía en manos de canallas.
Es el inicio de un camino que quizá algún día acabe por traer la anhelada democracia a España.

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