Melancolía y resignación

Publicado: 18 jul 2025 - 01:15

España ha caído en una singular melancolía de resignación y aceptación del abuso político. La sociedad anestesiada es sometida al engaño generalizado y federal del favoritismo partidista, donde todo vale con tal beneficiar al poder por encima del interés general. Vivimos en los tiempos de la mentira, tiempos en los que las trincheras han desenterrado los fantasmas guerracivilistas como agitación divisiva polarizada con la que someter al pueblo español. España es hoy un país adormecido, un país atrapado en un régimen en el que impera la desigualdad territorial e individual como fórmula de chantaje y compra del poder que desatiende el bien común.

España se ha convertido en una nación de fango y relato, de engaño, bulos y propaganda donde no hay reglas ni respeto a la verdad para imponer así el régimen de las minorías sobre las mayorías. España está corriendo el riesgo terrible de la desafección y la destrucción de la convivencia para mantener la ficción de una semi democracia imperfecta y destructiva que impone los privilegios de unos pocos sobre el resto mayoritario de españoles. La corrupción se ha convertido en relativismo táctico de cinismo e hipocresía, donde el doble rasero distingue entre corrupción buena y mala, porque de lo que se trata es de descerrajar un cordón sanitario a la derecha para impedir la alternancia democrática, para sostener un gobierno construido sobre la subasta indecente de concesiones a chantajes impensables que han cruzado la raya roja de la decencia y cohabita con el escándalo delictivo sustentado en los informes de la UCO y los autos judiciales. Los cómplices del sanchismo llenan y llenan la mochila de privilegios y dinero como si no hubiera un mañana, aprovechado cada minuto de Legislatura para saquear al Estado, vulnerar el Estado de Derecho e impedir la separación de poderes. En Torre Pacheco asoman el odio y la confrontación que necesita el régimen para sostener su ficción: la inmigración para espolear los extremos, Franco desenterrado a diario y la consigna del fascismo inexistente como coartada de impunidad justificativa de la agenda presuntamente social. Y el aparato gubernamental pisa el acelerador para asegurar la permanencia pasando por encima de los españoles mediante la agitación de lo facha, del enemigo de la extrema derecha que necesita el sanchismo para sobrevivir al erial que ha impuesto sobre la normalidad y la realidad de un país en el que el poder dominante vive del pasado para atar el presente y el futuro. Amarrada la amnistía que bordea de inconstitucionalidad, tocan esta semana el cuponazo fiscal para Cataluña, la Seguridad Social para Euskadi y el idioma catalán en Europa. Todo es poco para saciar el apetito voraz de los socios cómplices de la corrupción y del sanchismo desigualitario.

Todo es poco con tal de seguir en el poder gobernado contra la mayoría social de la España que están rompiendo progresivamente. Y cuando el cambio llegue, porque llegará, será demasiado tarde para recuperar lo perdido y entregado por el sanchismo, que ha comprado su existencia a costa de los españoles y de España. Es la España de la melancolía y la resignación.

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