Medicina de nuevo

Sabemos ya con total seguridad que la USC no es de fiar, mucho menos su rector, así que no ha sido del todo una sorpresa su auto enmienda a la totalidad para aprobar solemnemente ahora lo que había rechazado por inaceptable hace apenas unos días su facultad de Medicina, y con ello el propio órgano de gobierno de la Universidad de Santiago.

La USC tiene siglos de historia detrás, que quizá le pesan a la hora de tomar decisiones que afectan a su organización, todavía más si se trata de compartir un espacio hasta ahora exclusivo con las otras dos universidades gallegas. Un cambio que en Santiago rechina, y que ha aceptado probablemente como mal menor. Así que el pacto se ratificará de nuevo, pero en absoluto será lo mismo. Se ha roto la confianza que se impuso con la foto de los tres rectores y nadie puede garantizar que el arreglo de hoy no se pueda torcer en cualquier momento, con elecciones en la USC en unos meses. Ayer mismo se aseguraba en Santiago que la nueva rectora -hay dos candidatas- tendrá que arreglar el estropicio. Es normal que en estas condiciones, la UVigo siga adelante con la preparación de su facultad de Medicina por si vuelven las curvas. Parece lo más probable. La Universidad de Coruña advertía ayer sobre unas líneas rojas que no iba a tolerar. Y eso es solo el principio.

¿Final feliz? De momento, Vigo logrará contar con docencia y práctica de Medicina de inmediato, aunque solo de forma parcial, los tres últimos cursos. Es algo, pero no el final del camino, sino más bien el inicio. El final no puede ser otro que una facultad propia, que es lo comprometido cuando se creó la UVigo. En marcha y cuanto antes.