Opinión

Las contramedidas

La actualidad es implacable y se lo come todo, hasta el punto de que no hay temática informativa que resista un par de semanas en el primer plano de la atención popular. Antes, cuando los tiempos no estaban directamente emparentados con la velocidad de la trasmisión, las crestas de actualidad duraban más porque eran sustituidas en la voracidad popular por otras que hacían cola impacientes tras de la que marcaba el momento a su tiempo y en su forma, porque la presión era menor y la gente tenía mucha paciencia y el deseo de saber más equilibrado. Pero ahora no hay historia que soporte una exposición prolongada en el candelero –nunca, francamente, he comprendido qué pinta aquí un concepto como candelero pero se dice y basta- El caso es que todo es vértigo, todo es fugaz. Todo pasa y nada queda porque lo nuestro es pasar que ya lo dijo don Antonio. Hasta Pugdemont será humo y recuerdo dentro de un par de semanas y en tres, podrá seguir haciendo lo que le dé la gana sin tener el aliento de la mitad del país en el cogote.
¿Alguien se acuerda a estas alturas del guión de que hay guerra en Ucrania y que los rusos siguen tirando cohetes sobre Kiev y las gentes tienen que refugiarse en sótanos para salvar la vida? Ahora, a los ucranianos los ha sustituido en la conciencia popular el padecimiento de los habitantes de Gaza, a los que unos líderes de Hamas que viven en París y en Londres han convertido en mártires de la ferocidad israelita con su criminal ataque por sorpresa. Dentro de un par de semanas, nadie se acordará de este horror y cuando el ejército judío llegue hasta el mismísimo corazón de los túneles y libere a tiro limpio a los rehenes si es que queda alguno para contarlo al mundo le importará un  congo.
Resulta incluso tierno comprobar cómo se suceden las medidas y contramedidas en este complejo mundo de la información y como unas situaciones solapan a otras. Un día después de que el fiscal general del Estado fuera puesto en ridículo rechazado el ascenso de Dolores Delgado por la vía del dedo, el nuevo Gobierno lo ratifica en su cargo. Hay una contramedida incluso más potente. Un día después de que Dolores Delgado aparezca en los diarios porque su ascenso ha sido rechazado, aparece la noticia de que finalmente ella y el ex juez Baltasar Garzón van a casarse, protagonizando una larga y tierna historia de amor privado y público que acaba en boda. Hasta los magistrados y los fiscales tienen su corazoncito.

Te puede interesar