La "leyenda negra" y los españoles que la asumen

Publicado: 01 oct 2024 - 17:15

Lo preocupante de la crisis en las relaciones con México, expresión del “antiespañolismo” creciente en Hispanoamérica, ni las pintorescas ocurrencias del presidente saliente Andrés Manuel López Obrador, descendiente de emigrantes santaderinos, asumidas por la nueva presidenta Claudia Sheinbaum, de exigir una pública disculpa al Rey Felipe II por la conquista de México y no invitarlo a su toma de posesión, no es lo grave de este asunto, sino el anuncio del ministro de Cultura, Ernest Urtasun, de poner en marcha un proceso de revisión de las colecciones de Museos Estatales que "permitan superar un marco colonial o anclado en inercias de género o etnocéntricas que han lastrado, en muchas ocasiones, la visión del patrimonio, de la historia y del legado artístico”. Reputados historiadores ya han respondido a esta ocurrencia de forma contundente. Para Cesáreo Jarabo, autor de El fin del imperio de España en América, (Sekotia, 2023): “La descolonización del Urtasun no es ni más ni menos que un paso más en la dinámica anglófila para desprestigiar España. Las personas defienden eso actúan, aunque sea de forma inconsciente, como agentes británicos, aunque con el nuevo ministro de Cultura esa actitud está luciendo de manera especial. Está demostrando una incultura sin límites. Si España hizo algo en América fue crear cultura, construyendo escuelas y universidades, enseñando latín, o haciendo hospitales y carreteras con su propio dinero”

La ministra de Exteriores de México, Alicia Bárcena, ha invitado a España a participar en una "reunión de desagravio" para aparcar discrepancias históricas”. Ese desagravio podría celebrarse, por ejemplo, en la Universidad de México, fundada 50 años después de la de Santiago, o en la ciudad de Puebla, fundada por España, y patrimonio de la Humanidad. Es un decir. Asunto que debe ser también perdonado. La Leyenda Negra que inventaron ingleses, holandeses y franceses, emerge de nuevo porque hay imbéciles aquí mismo que se la creen. Uno de estos personajes, secretario primero del Congreso, argentino de origen italiano Pisarello,, aquel que quiso evitar desplegar la bandera española en el Ayuntamiento de Barcelona y que va a ir a la toma de posesión de la presidenta de México, porque concuerda con sus planteamientos.

Históricamente, determinados países que se han convertido en máximos exponentes de esta furibunda ofensiva histórica contra España, hoy extendida en Hispanoamérica y en cierta izquierda española, como señala el profesor Marcelo Gullo, argentino de origen italiano, quien señala que esos países han sido Inglaterra, Holanda, Alemania, Francia y Estados Unidos. Curiosamente son naciones donde la esclavitud, la limpieza étnica y el colonialismo más feroz conocieron su apogeo. El Imperio español fue el mayor de su época y, por ello, objeto de una guerra ininterrumpida que no terminó en los campos de batalla. Esos países que sus propias atrocidades permanezcan ocultas a ojos de la Historia. Véase, sobre todo, el caso del exterminio de las poblaciones nativas por parte de los Estados Unidos e Inglaterra. El antiespañolismo de México fue alimentado por los Estados Unidos, a quienes no hay que pedir que devuelvan Texas o California ni otros agravios al país de Cantinflas.

Gullo resalta que se ignora “la política de mestizaje exitosa fomentada por los Reyes Católicos, de los mestizos que destacaron en la literatura, las armas o el comercio, de los miles de matrimonios felices entre las doncellas indias y los conquistadores, de las universidades de excelencia creadas por España en América, de los cientos de profesores que España envió a América, de la política de creación de hospitales, de la nobleza indígena que conservó sus privilegios después de la conquista , pero, sobre todo, no se debe mencionar ni por casualidad el canibalismo reinante en la mayoría de los mal denominados pueblos originarios ni la existencia del imperialismo antropófago establecido por los aztecas en la meseta mexica, porque esto pondría al descubierto el mito del buen salvaje y dejaría al descubierto la falsedad de la leyenda negra; es decir la historia de la conquista de América, escrita por las potencias enemigas de España. Escribe este nada sospechoso profesor que parece raro que la potencia que viene a expoliar, a violar y a robar, funde ciudades y universidades por todo su territorio, al tiempo que lo hace en España; que se publiquen leyes de Indias con derechos que en el Norte tardarán más de cuatro siglos en reconocerse. Mientras en el Norte se diezmó a las poblaciones originales, en la América española se fomentó el mestizaje.

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