En Vigo los perros superan a los niños y cada día por mayor distancia. A los propietarios de canes no les gusta la comparación (dicen que no son incompatibles y en eso llevan razón), pero parece inevitable: hay unos 50.000 animales censados en el registro oficial y menos de 38.000 menores de 16 años y cuanto más sube el número de canes baja el de niños. Explorando la pirámide demográfica, las cifras resultan dramáticas y no va a cambiar la tendencia sino al contrario. También son el doble los vigueses mayores de 65 años, en teórica jubilación, que los menores de 16, lo que prueba que la máquina demográfica está estropeada y no va a ser fácil de reparar. Desde luego, no será ni a corto ni a medio plazo porque la tendencia social es otra y no va a cambiar de un día para otro. En Vigo se puede apreciar un descenso intenso de la natalidad a partir de 2008, en que se dio el último “baby boom”, coincidiendo con la crisis del “ladrillo” que se llevó casi todo por delante, comenzando por la seguridad en el presente y las perspectivas de futuro. Hasta 2007, todo parecía posible; desde 2008, nada es seguro. La mejoría relativa de la economía no ha cambiado las cosas, sino al contrario: cada vez más perros, cada vez menos niños. Esta semana, los centros de educación avalaron la totalidad de propuestas de los padres para matricular a sus hijos en preescolar: pese a que se redujo el número de niños en las clases, sobraron un millar de plazas. En cambio, cada día abren nuevas peluquerías caninas y tiendas especializadas, incluso de ropa para las mascotas. Esto es lo que hay, habrá que acostumbrarse.
