Jesuitas sin jesuitas
El Colegio Apóstol Santiago cumple 150 años justo cuando los jesuitas acaban de echar el cierre a la parroquia de San Francisco Javier. Se explica porque presencia de sacerdotes se ha reducido al mínimo, aunque el centro educativo esté tan ligado a la Compañía de Jesús como antes. Pero nada será igual. Jesuitas se ha quedado sin jesuitas.
El Apóstol Santiago tiene detrás una larga historia: se fundó en el norte de Galicia, pasó por A Guarda, conoció el exilio portugués durante la República, y regresó finalmente a Vigo. La estancia en A Guarda, en concreto en Camposancos, resultaría clave para el nacionalismo vasco: Al parecer, durante su etapa como alumno interno, Luis Arana, hermano de Sabino y co-fundador del PNV, se imaginó la ikurriña inspirándose en la Union Jack británica. No hay que olvidar que los Jesuitas también fueron fundados por un vasco, Ignacio de Loyola, con Francisco de Javier como su número dos.
Miles de jóvenes pasaron por las aulas a lo largo de siglo y medio, entre ellos uno que llegó a presidente del Gobierno y que fundó el extinto diario El Pueblo Gallego, Portela Valladares; el Nobel Camilo José Cela, de niño, y más recientemente la astrofísica de la NASA Begoña Vila, que logró poner el telescopio Jamen Webb en órbita. Curiosamente, en la orla histórica del Apóstol aparecía como el estudiante número 1 de todos los cursos José Fraga Iribarne, hermano del presidente de la Xunta y ministro con Franco y el Rey Juan Carlos. El alumno más brillante falleció repentinamente y muy joven, en 1947. Prueba de su visión es que en su último escrito ya advertía sobre la inevitable caída de la natalidad en España.
Los Jesuitas tienen fama de duros y con razón. Como les había pasado siglos antes a los monjes templarios también fueron disueltos por el Papa, y pese a ello lograron mantenerse en la clandestinidad 40 años hasta que volvieron a ser reconocidos como congregación a principios del siglo XIX. Se recuperaron de casi todo: en España fueron dos veces expulsados, primero por Carlos III, un desastre para su misión educadora en las misiones americanas, y hace algo menos de un siglo con Azaña en el Gobierno, así que se puede decir que la inquina ha estado repartida a partes iguales. Han sobrevivido a todo ello, pero dudo que puedan con laicidad creciente de la sociedad española. Véase en el agotamiento de la cantera de sacerdotes, que hasta hace no tanto formaban la mayoría del profesorado del Colegio Apóstol. En 150 años el mundo es otro; Vigo también.
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