Opinión

Mi última obra

Pues sí. He acabado mi último manuscrito. Esta vez se trata de una antología disparatada con todo tipo de relatos, versos y demás chorradas que se me ocurrieron durante los últimos 25 años ya que es un ‘remake’ como dicen las sinopsis de las películas. En otras palabras, he vuelto a las mismas historietas de la antigua edición, pero poniéndolas al día de acuerdo con el nuevo siglo en el que ahora vivimos. Desgraciadamente, como todo lo relacionado hasta el pasado año no toma en cuenta el actual horror del COVID-19. En otras palabras, que mi antología no sirve para nada salvo comentarlo en la nota semanal de este periódico. ¡Así que aquí va! 

El primer capítulo se titula ‘El huevo cuadrado’. Una pequeña historieta sarcásticamente criticando el mundo del capitalismo. Difiere en la cascara, pero lo interior es igual. ¿Capichi? 

El segundo, ‘Retroceso’ trata de un programador que le visita un mago y le permite ‘retroceder’ en su vida para mejorar el mundo similar a la canción de ‘Imagine’ de John Lennon. Desgraciadamente, el ordenador comienza a borrarlo del mapa. 

El tercero, ‘La habitación’. Este es un simple ‘thriller’ sobre el mundo de la droga. Por culpa de un error de piso, una pareja de recién casados ingleses en un hotel de Santiago de Compostela, descubren un maletín lleno de cocaína, pero los capos que lo buscan no lo saben. Pasan tres años. La pareja de ‘pijos’ viven en las islas Caimán. 

El cuarto es un relato sobre un informático norteamericano en el Irán del Shah. Odia el país, pero tiene un ayudante persa que le enseña las bellezas iraníes y cambia de opinión. El final es obvio. Llegó el Ayatola Jomeini y lo jodió todo. 

El quinto, ‘Diarios diplomáticos’ son mis anécdotas, en tono jocoso, de Cónsul Honorario Británico. Le sigue ‘Relato corto con poema’ sobre dos ejecutivos británicos en el mundo internacional. Uno en Londres que jamás viajó al extranjero y el otro un tipo Bond 007. Se odian. 

El próximo es ‘No son trencitos eléctricos’. Corto sobre el ataque a las Torres Gemelas de Nueva York. Cuando inspeccionaba uno de estos monstruos para la instalación de nuestra central telefónica y estaba en el sótano, oí un tremendo ruido. Me asusté y le pregunté al empleado qué era eso. Fue su contestación. Era un tren del metro. Pasemos al ‘Reloj’. La lírica de una bonita canción inglesa de Henry Clay del siglo XIX es sobre un reloj antiguo de pared que dejó de funcionar al morir su dueño. En casa tenemos un reloj similar que perteneció a mis suegros cuando se casaron justo antes de la Guerra Civil. Un día dejo de funcionar y mi suegro (QEPD) pensó que era hora de jubilarlo. Ni hablar le contesté. Buscamos un viejo mecánico en una tienda conocido en la Cidade Fermosa y hoy el reloj está como nuevo. ‘Un grupo de personas ungidas’ es el siguiente. Está dedicado a los corresponsales de guerra y basado en un caso real -19 noviembre 2001- de la muerte de un grupo europeo incluido un español en Afganistán. ¿Por qué este tema? Son periodistas sin ideología política. ‘El llanto de un faro’ es el siguiente. En vez de un reportaje, escribí como relato, la tragedia del hundimiento del ‘HMS Serpent’ en Camariñas, el 10 de noviembre de 1890. Le sigue ‘Reportaje pesquero’. En 2001 atendí al evento de Coxemar como ‘periodista’ de la revista británica ‘Fishing News’. Era parte de mi tesis de postgraduado. Aunque hay más, lo dejo aquí. Será publicado dentro de un mes y estará en venta en varias librerías del país.

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