Innovar desde Galicia no es un acto de sacrificio, es inteligente

Como emprendedor gallego e inversor en proyectos de innovación conducidos por gallegos observo cada día una realidad paradójica: vivimos en una tierra inundada de talento que, demasiadas veces, ve partir a sus mejores cerebros hacia otros ecosistemas.

Yo no soy un gran talento y aún así tuve que migrar para acceder a más oportunidades para hacer crecer mi empresa.

Tenemos universidades de talla mundial, empresas tractoras líderes de sus sectores y un ecosistema industrial robusto. Lo tenemos todo. Casi todo. En ocasiones, echamos de menos capital privado dispuesto a apostar en proyectos recién nacidos. Y sin inversión cuesta que determinadas empresas crezcan sanamente.

Eso sí. Paso a paso. Eso está cambiando. Lentamente, sí. Pero está ocurriendo. Los gallegos que se quedan a pelear desde aquí no son menos ambiciosos que los que se van. Algunos se van para volver. Me incluyo. Somos muy tercos y de una forma u otra conseguimos lo que queremos. Y eso, tercos, es lo que Galicia necesita ahora.

Porque nuestro plan tiene que ser mucho más ambicioso que tratar de retener talento. Se trata de atraer el mejor talento del mundo. De demostrar que innovar desde Galicia no es un acto de sacrificio. Es un acto inteligente. Emprender desde Galicia no tiene que considerarse una limitación sino una ventaja competitiva.

Los emprendedores gallegos enfrentamos desafíos únicos. Desarrollar tecnología y negocio desde aquí significa competir globalmente contra otros ecosistemas más desarrollados. Algunos emprendedores se van porque no encuentran aquí la oportunidad de quedarse, la oportunidad de crecer.

Estamos ubicados geográficamente en una esquina de Europa y esa desventaja puede convertirse en nuestra mayor fortaleza: aquí desarrollamos soluciones más resilientes, equipos más comprometidos y productos que deben demostrar su valor desde el primer día.

Galicia ha demostrado su capacidad para liderar sectores tradicionales como la pesca, el textil o la automoción. Ahora toca demostrar que también podemos ser punteros en inteligencia artificial, movilidad sostenible o biotecnología.

Galicia es una de las regiones con más ahorros per capita de Europa pero uno de los grandes retos sigue siendo la movilidad de capital hacia proyectos tecnológicos en fases tempranas. Necesitamos más inversores que entiendan el potencial gallego, que apuesten por la nueva generación de emprendedores.

Iniciativas como Semente Capital están cambiando esta realidad, conectando inversores locales con emprendedores ambiciosos, creando un puente entre el capital privado gallego y las oportunidades de crecimiento que deben desarrollarse aquí.

Retener talento no es solo una cuestión económica; es cultural. Debemos construir un ecosistema donde nuestros jóvenes disfruten construyendo futuro. La innovación puede tener acento gallego y emprender en Galicia puede ser un sello de calidad.

Solo necesitamos una visión que sirva de pegamento para construir juntos, con la misma tenacidad con la que nuestros antepasados lograron desarrollar negocios y sectores que aún siguen siendo tractores en Galicia y ejemplo en el mundo.

El futuro de Galicia no puede ser una promesa lejana y ambigua. Es una realidad que tenemos que escribir hoy. Sin dejar a nadie atrás. Sin dejar a nadie fuera. Juntos.