Algo más de industria

Una de las -muchas- ventajas de las vacaciones es que permiten echar un vistazo con cierta tranquilidad y algo de distancia a cuestiones que en pleno trabajo apenas se leen por encima. Por ejemplo un estudio del instituto Elcano, el más prestigioso de España, que alerta de la caída de la industria y el empleo en este sector y que demanda un esfuerzo para recuperar terreno. En definitiva, señala que la desindustrialización está carcomiendo las bases de la economía. Cierto.

Vigo ha sido y todavía lo es hoy una excepción en España y mucho más en Galicia, de lejos la ciudad con mayor peso gracias a la construcción naval y la automoción, con más de 28.000 empleos todavía en la actualidad. Pero vamos mal o como mínimo no vamos bien. Desde principio de siglo se cuentan con una mano las firmas industriales que se han implantado, todas ellas en el Parque Tecnológico de Zona Franca. En cambio, son varias las desaparecidas: en los últimos cinco años, un cinco por ciento menos de compañías industriales, según los datos oficiales.

Comenzando por la conserva, que ha perdido marcas, trabajadores y presencia. Las últimas bajas han sido Alfageme, Orbe (que al menos mantiene su sede en la ciudad, pero se ha llevado lejos la producción) y Albo, esta última la más reciente, trasladada desde Beiramar al Puerto Seco de Salvaterra. Antes echaron el cierre todas las industrias del frío del ámbito municipal de Jacinto Benavente, que con el nuevo Plan General se recalifican en parcelas residenciales. Buen asunto para desarrollar una nueva fachada marítima en ciudad, malo para el futuro de Vigo. Sin empresas del congelado y la transformación, la pesca industrial acabará por deslocalizarse y ese sería el camino hacia el infierno. No hay que olvidar que Vigo vive en 2025 de lo mismo que en 1965, automoción y el mar.

Y puestos a recordar, la industria audiovisual viguesa, que en los ochenta era puntera en España y que se ha ido también.