Exiliados

Publicado: 12 feb 2023 - 02:11

Salvo algún futbolero, estoy seguro de que hace un año los 200 ucranianos que tuvieron que abandonar a la fuerza su país para instalarse en el lejano Occidente desconocían la existencia de un lugar llamado Vigo. Desde la invasión rusa, son vecinos de esta ciudad, tratando de adaptarse a un mundo extraño y encontrar un trabajo, pero con la vista puesta en retornar a sus hogares en cuanto sea posible. De momento no lo es y quizá pasen meses o años antes. España, y no digamos Galicia, sabe mucho de exilio, a veces por razones políticas, otras económicas, con cientos de miles de personas obligadas a abandonar su tierra. Aquí se han encontrado simpatía con su causa y ayuda, que nunca será suficiente, como hoy mismo recuerdan.

No quiero dejar de lado otros exiliados, más próximos y no menos dolorosos. Los saharauis fueron abandonados por España hará pronto medio siglo, repartidos entre Marruecos y Mauritania en aquel pacto tripartito ominoso. Ahora el Gobierno ha dado un paso más allá, al vacío, consumando el inexplicado giro del PSOE. Felipe González pasó de prosaharaui a promarroquí, pero mantuvo la política española de no aceptar ningún acuerdo sobre la soberanía del territorio que no contara con el aval del pueblo saharaui. Zapatero fue todavía más allá, pero tampoco tocó el consenso básico. Pedro Sánchez, de la noche a la mañana, sin dar ninguna explicación y contra la opinión de la mitad de su Gobierno y el voto de la mayoría más que absoluta del Congreso, donde reside la soberanía nacional, decidió que los saharauis tienen que ser marroquíes, quieran o no, aunque nunca lo han sido. Hace unos días el efímero ministro Maxim Huerta explicó que Sánchez está preocupado por saber cómo pasará a la posteridad. Por movimientos como este tiene un capítulo reservado con Borges en la Historia Universal de la Infamia.

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