El encubrimiento de Errejón, ahora víctima de sí mismo

Publicado: 27 oct 2024 - 03:30

A lo largo de los siglos, la Ciencia del Derecho, ha desarrollado una e intensa doctrina sobe el delito de encubrimiento, hecho que, en determinados casos, sitúa al encubridor en el mismo paquete de responsabilidad que los autores o cómplices. Bien cierto que el encubridor no participa directamente en la comisión de la falta o el delito, pero comete otro hecho antijurídico, en ocasiones peor que el delito mismo, al contribuir a su impunidad. Este hecho, situado dentro del contexto actual, aparece con nitidez dentro del caso del ex portavoz de Sumar en el Congreso de los Diputados, enmarcado dentro de la propia y repetida apariencia de progresismo y ejemplaridad moral de Iñigo Errejón y sus, en femenino, camaradas.

Dice don Salvador de Madariaga que la política española ha sido siempre una caja de sorpresas, como lo es, en estos momentos, que haya tomado estado público el asunto de las pulsiones sexuales de quien teníamos por un adalid en la defensa de la libertad de las mujeres y paladín del comportamiento moral de los políticos de carrera como él mismo. Pero bien es cierto que, al analizar el caso con cierta distancia y perspectiva, el asombro inicial se unen otras sorpresas, como el propio detallado relato de la principal acusadora, Elisa Mouliaá, sus detalles, y que haya tardado tres años en proceder donde corresponde hacerlo en estos casos, y sobre todo la exculpación que otras mujeres de la órbita de Errejón que van desde considerarlo víctima a el propio salido y al mero encubrimiento de sus actos. Y esto es lo que menos se comprende o se puede comprender en feministas y progresistas de vanguardia.

Si ahora resulta que ya se sabía de las pulsiones y usos de este paladín de la izquierda, ¿por qué se tapó el asunto? ¿Y cómo es posible que, según su relato, luego de sufrir un primer tocamiento y otros actos consumados, y no queridos, la agredida accede acudir al domicilio de su agresor, del que ya tiene constancia de su ánimo y objetivos? Llama la atención que las grandes avanzadas, de conocida locuacidad, en defensa de la mujer frente al machismo patriarcal, pongan sordina en contra de sus reacciones más rotundas en otros casos. ¿Qué pasa aquí? Las señoras Belarra, Irene Montero, Isa Serra... excompañeras de Errejón también hacen de la necesidad virtud. Las camaradas del partido que fundó Errejón y otras de la misma familia animan a más mujeres a denunciar y a "dar un paso adelante" contra la violencia machista. Sí, pero de qué modo resulta que Belarra ha pedido ser "enormemente prudentes". Y ahora resulta que aparecen más víctimas aparte de Elisa Mouliaá, aunque desde otro lado. Hay que ser prudentes con las cosas de casa.

Loreto Arenillas, jefa del gabinete de comunicación de Errejón, acusada por encubrir una denuncia contra su jefe de filas, ya que hasta hoy diputada autonómica de Más Madrid, dimite y deja su acta en la cámara madrileña. En un comunicado al respecto niega las acusaciones de su propio partido, que había anunciado su cese previamente, lo que transita a ser un víctima más. Y dice; “Hoy me siento un chivo expiatorio, para ocultar errores que, sin lugar a dudas, hemos cometido en la organización”. O sea, el conjunto. Y esta es la madre del cordero. Pero la cadena de responsabilidades se amplia. Arenillas asegura que puso en conocimiento de la entonces secretaria de organización, Manuela Bergerot, estos actos, “información que consideraron no elevar a los órganos del partido”. “Esta es la peor forma de luchar contra el machismo”, dice. Y tiene razón.

Porque, aunque Errejón, abandona la política institucional (¡Ojo al dato, renuncia al cargo, no al resto!), porque al parecer, el asunto que lo provoca no son los remordimientos y su mal obrar, sino porque llevaba tiempo en un "proceso personal y de acompañamiento psicológico", para lo cual necesita "parar y cuidarse" tras estar desde hace una década ocupando puestos de primera fila en la política. Y predicando sin parar contra lo mismo en que ha incurrido de forma, sabemos, ahora, contumaz y repetida.

Y en las mismas esferas de su ideología, también le llegan amparadores. Ahí está Mónica Oltra, vicepresidenta de la Generalitat (que tuvo que dimitir tras ser imputada por, presuntamente, "encubrir" los presuntos abusos sexuales hacia una menor tutelada por parte de su exmarido cuando ella era consejera de Igualdad y Servicios sociales). Oltra demuestra su amistad con Errejón ha pedido que se evite el "linchamiento público" contra el exportavoz por sus actitudes, ya que se estaría asumiendo la "lógica del patriarcado" y sé "alimentaria a la bestia". ¿Cuál es la bestia?

Contenido patrocinado

stats