La emergencia nacional del Levante y el Gobierno

Publicado: 06 nov 2024 - 03:53

Lo dijo Churchill, hay ocasiones en que la lógica se debe imponer la política. Los efectos y alcance de una emergencia como la que sufre el levante español debe ser asumida por el Gobierno, ya que su gestión incluye la ayuda internacional, como la prontamente ofrecida por Francia, dentro del trato entre estados, y que inicialmente fue aquí rechazada. Otro ejemplo notable es la evidencia de que afrontar una situación como ésta es la necesidad de que, desde el primer momento, el Estado ponga en marcha todos los recursos que gestiona en exclusiva, como las Fuerzas Armadas en presencia en el propio territorio, y no a petición de la comunidad autónoma, ampliamente superada como en este caso, lo que nos lleva a la necesidad de prever cómo actuar en casos como éste.

La gente que está sufriendo los efectos de los torrentes desbordados se pregunta ¿dónde está el ejército desde el primer momento? Porque ha habido puntos donde no ha llegado ayuda, y es evidente que la Unidad Militar de Emergencia es insuficiente ante la dimensión y extensión de la catástrofe. Que la ministra de Defensa diga que está en disposición de las peticiones que le lleguen resulta insólita y patética, y no que el Gobierno ordene el despliegue de todos sus medios en ese territorio.

Sólo, según sus propios datos, el Ejército de Tierra tiene estos efectivos en la región valenciana: Cuartel General Terrestre de Alta Disponibilidad (CGTAD). Headquarters NATO Rapid Deployable Corps (HQ NRDC-ESP). Mando de Transmisiones. Regimiento de Caballería Lusitania nº 8. Regimiento de Artillería Antiaérea nº 73. Regimiento de Transmisiones nº 21. Regimiento de Inteligencia 1. Regimiento NBQ nº 1. Regimiento de Operaciones de Información nº 1. Batallón de Helicópteros de Emergencia II. Batallón del Cuartel General Terrestre de Alta Disponibilidad. Batallón de Policía Militar I, aparte del Museo Histórico Militar de Valencia y el Centro de Historia y Cultura Militar.

Aparte de las irreparables víctimas y destrozos generales, esta tragedia nos deja varias lecciones, primero, que una emergencia nacional debe ser gestionada y asumida por el Gobierno; segundo, que se deben tomar las medidas adecuadas para que en el futuro, dada la seguridad de que el Dana puede repetirse, han de ser modificados, como se hizo en los años cincuenta, los cursos fluviales, los barrancos, la edificación en sus proximidades y disponer de los medios reguladores de las avenidas causadas por las lluvias, porque se sabe que puede volver a pasar. No deja de ser paradógico que otras naciones no sólo hayan tomado inmediatas medidas de atención a sus nacionales, como ha hecho Marruecos.

Nuestro Gobierno reaccionó tarde pues desde el primer momento que la dimensión de la Dana exigía afrontarla conscientes de que no era una mera crisis pasajera, sino una contingencia que desolaba una zona extensa de 200 kilómetros que exigía la respuesta adecuada y no ir paliando lo que se puede sobre la marcha, al tiempo que una vez más, como en otros casos, como fuera el del “Prestigie” la gente del pueblo llano, como en Valencia, da la respuesta solidaria y ejemplar. Tampoco es momento de adoptar posturas de miserable crítica política, pese a los errores cometidos, sino de cerrar filas en torno a la respuesta necesaria. Lo que debemos aprender es la obligación de poner los medios necesarios para que, en el futuro, la nación sea capaz de dar respuesta adecuada para superar y detener los efectos de tragedias como ésta. Porque se sabe que el mismo fenómeno puede volver a producirse.

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