Don Claudio sabe algo

El Celta llevaba años buscando un Berizzo, un referente estable para el club y el juego, y resulta que estaba dentro de su estructura deportiva, con domicilio en Porriño. Berizzo hizo mucho y llevo al Celta a crecer y jugar semis de Copa y UEFA con un equipo muy limitado, especialmente en la delantera, pero ordenado y compacto. Cómo cualquier entrenador también Berizzo lo pasó mal y cerca estuvo de ser despedido. Va en el cargo.

Don Claudio lo tuvo claro desde que tomó el relevo: apuesta por la cantera que conoce como nadie y muchas rotaciones para tener a todos los jugadores enchufados. La fórmula ha funcionado: está en un buen momento en su tercera temporada al frente y el resultado general da para un notable, pese al borrón de la Copa. Ha sido capaz de dar con un juego reconocible, aunque ha mutado y no es el mismo hoy que hace dos temporadas, menos brillante, aunque sus resultados son iguales o mejores, con el séptimo puesto actual, impensable durante la negra etapa de Benítez. Larga vida a Giraldez en el Celta.

Por eso sorprendieron mucho sus declaraciones tras la penosa eliminación copera asegurando que el nivel del Celta, séptimo en Liga y cerca de pasar ronda en Europa, es similar al del Albacete, de la mitad de la tabla en Segunda. Raro. Preocupante. Quizá sepa algo que no vemos los demás. Claudio es por vocación una anti estrella, incómodo ante los focos, escapista de los titulares, y un hombre de paz, como Ancelotti, y rara vez se expresa con términos tan inquietantes. Da que pensar.