Julia Navarro
Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces
Javier de los Nietos, ex alcalde del municipio madrileño de El Boalo, una circunscripción de algo más de ocho mil habitantes situada en la zona serrana norte de la comunidad, a muy pocos kilómetros de la frontera con Segovia, acaba de hacer pública una carta en la que afirma que, a pesar de sus diecisiete años de militancia, -diez de ellos en la presidencia de la alcaldía del mencionado municipio- no puede seguir ni un minuto más perteneciendo a un partido que ha prohibido por decreto desarrollar una de las virtudes más destacadas de un sistema democrático. Es decir, el debate.
Cierto es, porque con la sustitución en el horizonte del que hasta el momento había desempeñado el cargo de secretario general del PSOE madrileño ostentada por Juan Lobato, desde las más altas instancias del partido se ha prohibido por decreto llevar a cabo cualquier reunión o establecer cualquier acto o relación incluso bilateral en la que se discuta o debata la elección del sustituto. Los que dominan el PSOE de hoy constituyen el núcleo duro de Pedro Sánchez y mandan y ordenan desde Ferraz hasta el punto de anatematizar cualquier posibilidad que estorbe el fin primordial consistente en elegir, -para meter en cintura y dominar a los socialistas madrileños y destruir de paso y en clave de carambola a Isabel Díaz Ayuso- a un peso pesado de la actual dirección, en concreto el nuevo ministro Óscar López un tipo del ala dura, especialmente identificado con el presidente y designado expresamente para robustecer el cinturón de hierro. López, al que le han preparado el ministerio de Transformación Digital y Función Pública para que pueda contar con una plataforma en la que imponer el criterio del que manda, no está dispuesto a que nadie le estropee a él y el resto de la banda este cronometrado y específico plan de actuación y, por tanto, acaba de decretarse que cualquier reunión que no sea felicitarse las pascuas estará prohibida y se adoptarán las medidas disciplinarias consiguientes si se vulneran las presentes ordenanza. Se trata por tanto de un proceso de debate sin que se pueda utilizar el debate y falta por saber si además de una aberración, tal disposición es además inconstitucional, aunque va a dar lo mismo.
La carta pública de De los Nietos no tiene desperdicio. Yo les invito a que la lean.
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