Darwinismo portuario

La Autoridad Portuaria ha tomado decisiones imaginativas para extender la utilización de algunas de sus plataformas, como en el muelle de Trasatlánticos, e incluso en Bouzas mejorando la operatividad sin ganar un metro al mar, asunto siempre espinoso y campo minado para la demagogia más rancia. En cruceros la solución llegó con la instalación de los “duques de alba”, unos diques que permiten ampliar la capacidad del muelle para que puedan atracar dos cruceros gigantes de forma simultánea. En Bouzas, con la mejora de las rampas para la operatividad de buques de mayor porte. Todo correcto, pero insuficiente a la vista de los datos sobre el tamaño creciente de los buques, una realidad objetiva de la que ha dado cuenta la estadística de Puertos del Estado, señalando en el caso de Vigo un incremento del tonelaje del 30 por ciento sobre el año anterior. El comercio internacional y el tráfico de pasajeros apuestan por buques cada vez mayores que den mejores rendimientos con los mismos costes. En Bouzas hay ya problemas serios y los habrá mayores en el futuro por la sencilla razón de que las navieras construyen portacoches de 200 y más metros, frente a los antiguos transbordadores, todavía en uso, de 150 o menos. Esto es lo que hay: puro darwinismo, adaptarse a los cambios o morir.

Que continúe siendo el Puerto vigués el más importante de Galicia y el quinto de España en exportación e importación y luche por el liderato en carga de automóviles depende de las decisiones que se tomen en la propia ciudad. Hasta ahora el puerto, es decir Vigo, lo ha hecho bastante bien y apunta en positivo mientras grandes terminales europeas y las principales españolas anotan retrocesos.