Todos a cubierto: empieza la Gran Carrera Electoral

Publicado: 09 dic 2025 - 01:45

Opinión.
Opinión. | Atlántico

Cuando esto escribo, faltan trece días para la primera de varias confrontaciones electorales pendientes, la que tendrá lugar el próximo domingo 21 en Extremadura, donde todos los pronósticos hablan de una severa debacle del PSOE, de un cierto ascenso, sin alharacas, del PP y de una crecida espectacular de Vox, el nombre de cuyo candidato, sin embargo, muy pocos extremeños conocen. Nunca he visto una campaña como esta, en la que uno de los dos principales candidatos, el socialista Miguel Gallardo, será juzgado en mayo por varios delitos relacionados con la prevaricación y el tráfico de influencias en favor del hermano de Pedro Sánchez.

Que a un procesado, con un pronóstico de banquillo no demasiado bueno, le mantenga su partido en el puesto de candidato en el pistoletazo de salida de lo que va a ser una serie de procesos electorales, muestra ya con suficiente claridad cuál es el estado moral de nuestra política. Que el presidente del Gobierno central acuda a apoyar a ese candidato procesado, culpado de ayudar de manera 'non sancta' al mismísimo hermano de ese presidente en cuestiones laborales cuando menos turbias, confirma esa sensación de derrumbe ético y estético. No porque Gallardo, y menos aún el hermano músico de Sánchez, vayan a ir a parar a la cárcel cuando sean juzgados en mayo, cosa que estoy casis seguro de que no ocurrirá; pero sí porque, en política, como en la vida, las formas escrupulosas son aún más importantes que el fondo limpio. Y aquí las formas fallan de manera estrepitosa. Y el fondo, seguramente, tambien.

Son demasiados los factores irregulares en este proceso electoral que se abre ante nosotros: desde la propia trayectoria de una Legislatura inaugurada en 2023 tras unas elecciones convocadas de manera inconstitucional, hasta el equilibrio casi imposible para mantenerse en el poder sin apoyos parlamentarios suficientes, sin presupuestos, con vías de agua sin cuento en los juzgados, con varios ministros del Gobierno presentándose como candidatos (en Madrid, Aragón, Valencia y Andalucía, nada menos). ¿Qué más podría ocurrir?

Pues puede ocurrir que el paisaje visto desde La Moncloa se tambalea, más allá de las varias previsibles derrotas socialistas en las urnas: cualquier cosa que puedan decir dos delincuentes (presuntos, perdón) como Ábalos y Koldo, o el propio Santos Cerdán, o la mismísima Leire Díez, puede provocar el derrumbe que no ha provocado, aún, la condena, sin explicación de sentencia por el momento, contra el ya ex fiscal general del Estado, Alvaro García Ortiz. Súmese a ello la dependencia del Gobierno central de otro delincuente, el forajido huido de Waterloo, para hacerse una idea de que es mucho más probable que tengamos, además de las varias autonómicas, unas elecciones generales en la primavera de 2026, antes que en el verano de 2027, contra lo que asegura Sánchez cada vez que tiene oportunidad de ver un micrófono cerca. Se me antoja que llegar, así, hasta dentro de diecinueve meses, esun imposible que solamente alguien como Pedro Sánchez podría hacer realidad, a saber cómo.

A mí, personalmente, lo que más me preocupa no es meramente una cuestión de fechas en un calendario demasiado abierto y agobiante: es que los procesos electorales prolongados restan eficacia a la acción de cualquier Gobierno, y más aún si se trata de un Ejecutivo tan abrasado como este. Aquí nadie piensa en nada más allá del mes de julio de 2027, suponiendo que se llegase a esta fecha sin haber sido convocados los españoles a las urnas. Aquí nadie piensa más que en elecciones, sean las extremeñas, muy significativas, ya digo, sobre el estado moral de nuestra política, o las andaluzas, el ex feudo del PSOE, o en las valencianas, que a saber por dónde saldrán tras tanta tragedia, o en Aragón, donde, sondeos en mano, vaticino que la candidata socialista, Pilar Alegría, va a sufrir un descalabro muy considerable. O en Madrid, escenario de todas las batallas, donde Díaz Ayuso, más que Feijoo, se ha convertido en la enemiga número uno de los socialistas en general y de la ex 'mano derecha' de Sánchez, Oscar López, en particular.

Menudo panorama, oiga. Tengo mucha curiosidad por ver cómo lo explica, en su famosa y siempre improductiva rueda de prensa de fin de temporada, quizá el martes 23, el presidente Sánchez, el hombre que se jacta de salir indemne de todos los incendios, empezando por el de Extremadura y siguiendo, después, por todo lo demás. Menuda hoguera.

Contenido patrocinado

stats