Cosas que convienen | Para pedirle a un alcalde

Publicado: 09 dic 2024 - 21:16 Actualizado: 10 dic 2024 - 06:46

Cosas que convienen | Para pedirle a un alcalde.
Cosas que convienen | Para pedirle a un alcalde.
El alumbrado navideño es una enfermedad civilizatoria hija de la incultura y de instagram. Todo alcalducho que insista en este derroche mezquino que agita los nervios e invita al comprar debería ser desterrado. Que las ciudades abracen la penumbra y paseemos tranquilos con nuestros pensamientos
  1. Árboles y más árboles. Sin ellos, todo lo demás es imposible. Los árboles transforman la luz en azúcar, respiran por nosotros, nos permiten vivir. Con el problemón climático, el alcalde que no defiende los árboles es cómplice de muchas desgracias. Preguntadle al vuestro cuántos ha plantado, cuántos ha talado y cuántos ha dejado de plantar.
  2. Fuera los coches. Los humanos del futuro (si acaso hay humanos en el futuro) nos verán como a imbéciles en ciudades-autopistas llenas de ruido y humo. Fuera armatrostes de los vivideros. Abajo el cochismo y los alcaldes cochistas.
  3. Proteger los negocios históricos. Cada ferretería, cada bar, cada tiendita de otro tiempo necesita atención y cuidado. Para que sigan existiendo. Para que la ciudad no se desmemorie. Para que no cambien los carteles, ni las ventanas, ni el suelo. Cualquier día viene un listo, hace un raspado vaginal y monta una casa de las carcasas o una estupidez de esas de yogur helado. Lo antiguo no se puede inventar.
  4. Muchas bicicletas. El mejor invento de la humanidad es silencioso, aleja el tumor y dibuja sonrisas. La cacareada ciudad del futuro debería ser como las ciudades chinas de hace unas décadas: mareas de pedaleadores libres de humos.
@txarka.ilustracion
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  1. Fuera el delivery. Y todas esas plataformas que permiten que cualquier mindundi se sienta superior pagando a un esclavito para que le lleve tabaco o pizza en su mochilón cuadrado. Nadie es mejor que nadie. El delivery no es el futuro. Es medieval.
  2. Rehabilitar lo histórico. Nada de licencias de construcción hasta que todos los edificios atiguos estén curados de heridas y llenos de gente. Convienen gobernantes valientes que restauren el patrimonio en peligro, que graven las casas vacías, que no permitan reformas antojadizas fuera de la norma. El pasado es de todos.
  3. Que apague las luces. El alumbrado navideño es una enfermedad civilizatoria hija de la incultura y de instagram. Todo alcalducho que insista en este derroche mezquino que agita los nervios e invita al comprar debería ser desterrado. Que las ciudades abracen la penumbra y paseemos tranquilos con nuestros pensamientos.
  4. Fuera patinetes. Las aceras, por el amor de dios, están hechas para caminar. Para protestar. Para besarse. Un alcalde competente es aquel que prohíbe los patinetes eléctricos y demás golosinas rodantes. A la mierda con estos gizmos portagordos.
  5. Que gentrifique Rita. Se debe gobernar para los de adentro y no para los de afuera. Deben desaparecer los trenecitos ridículos para turistas, la cartelería que hace del patrimonio “monumento” y el desmande de los pisos turísticos.
  6. Jardines salvajes. Que la gente se esparza y celebre la maravilla de todos. Y que los parques no cierren nunca, porque lo público debe estar siempre abierto.

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