La corrupción inexcusable

Publicado: 24 jul 2025 - 01:55

La corrupción es inexcusable, afecte a quien afecte, salvo para la ceja resucitada. Ante los indicios debe prevalecer la presunción de inocencia, y dejar trabajar a la investigación, por lo que sobra la absolución del artisteo afín. España no sólo es un país con alto grado de corrupción, sino que seguramente es la democracia europea en la que los políticos menos dimiten para depurar las responsabilidades políticas ante la cascada de sospechas y pruebas. El sanchismo vive con verdadera euforia y alivio cada novedad de los casos Montoro, González Amador y las corruptelas supuestas del PP pendientes de juicio. Se pueden hacer comparativas del impacto económico de las corrupciones, y ahí gana por goleada y cantidad de dinero el PSOE sobre el PP con Filesa, los ERE, Roldán, Cerdán, Ábalos etc., muy por encima de Bárcenas, Kitchen, Gürtel y otro largo etcétera. Pero valorar por cifras es engañar a la democracia y engañarnos a nosotros mismos. Tanto 1 sólo euro robado como 680 millones de los ERE malversados son motivo suficiente de censura y condena por igual que debe penalizar al poder de turno con toda la fuerza de la Ley y el castigo social. Ahora bien, en los casos de corrupción inexcusable hay que exigir la depuración de responsabilidades y el rendimiento de cuentas en las urnas. Y ahí, el poder sanchista usa una comparativa falaz en busca de impunidad que no sirve para excusar sus vergüenzas. Hablo del señalamiento pretérito del rival cuando el PP ya ha pagado en sucesivas elecciones la corrupción, igual que el PSOE pagó sus casos pasados. El sanchismo tiene pendiente una deuda con la sociedad y la transparencia por sus imputaciones presentes que en modo alguno quedan disculpadas con el argumento del ventilador y la ceja militante. Si Montoro ha de ser condenado, que la Justicia se pronuncie, pero lo que no puede quedar impune es la presunta corrupción familiar, gubernamental y de partido del sanchismo por el hecho de usar como cobertura el pasado de enfrente, ya depurado sobradamente en las urnas. La corrupción es inexcusable en una democracia con verdadera voluntad de regeneración. Los españoles saben distinguir entre la propaganda del relato y la verdad judicial, de modo que impedir el pronunciamiento de los españoles cuando también se califican como corruptelas cesiones como la amnistía y el cupo catalán a cambio de investidura y permanencia en el poder es pervertir la verdadera esencia de la democracia y engañar al ciudadano. El sanchismo, repito, el sanchismo en el que ha derivado el PSOE, debe zanjar sus responsabilidades políticas, engaños y negligencias igual que lo ha hecho el PP. Y eso no es negociable en una democracia sana salvo que estemos en el preámbulo de un régimen de inclinaciones autócratas. La corrupción es inexcusable y debe pagarse por pura salud democrática ante la justicia y las urnas. Agarrase al aforamiento en busca de inmunidad y ventajismo con probadas certezas de colonización del poder judicial para lograr beneficio y obtener la absolución mediática y política sólo retrasa la caída de un gobierno en descomposición acorralado por la corrupción inexcusable.

Contenido patrocinado

stats